El castillo de Otranto

Autor (es): Horace Walpole
ISMB: 978-847-7025-917
Género: Gótico, tantástico
Editorial: Valdemar
Número de páginas: 227 páginas.
Saga: No.
Sinopsis: El castillo de Otranto es considerada la novela que da inicio a la literatura de terror gótico, dando paso a un género literario que fue muy popular a finales del siglo XVIII y principios del xix. La primera edición de esta novela se presentaba como una traducción hecha a un texto impreso en Nápoles en 1529 y que fue descubierto en la biblioteca de una antigua familia inglesa, el cual derivaba de una historia aún más antigua, datada en la época de las cruzadas. A partir de la segunda edición se empieza a reconocer a Walpole como autor del mismo. El castillo de Otranto desarrolla los hechos en la Italia medieval, y nos presenta la historia del tirano Manfredo, cuya familia arrastra una maldición desde que su abuelo robara el poder del castillo a sus legítimos dueños.


Mis queridos seres míticos. El día de hoy vengo a ustedes con un libro clásico que me crea enormes contradicciones a la hora de recomendárselos. ¿Por qué? Bueno, ya lo averiguarán más adelante. Pero comencemos a ir por partes para dar estructura a estas ideas. De lo contrario, no tengo la seguridad de cómo va a terminar esta entrada. Aviso que, por cuestiones de tiempo no me he podido sentar a escribir penúltima entrada de Bloggscritores pero prometo que la tendrán antes de que finalice la semana que comienza. Entonces, vamos a eso.

Comenzaré por decir que es uno de los primeros -sino es que el primero -libros góticos conocidos. Ni más ni menos. Hasta el momento El castillo de Otranto lleva ese título nobiliario. Pero, ¿qué lo hace un libro gótico? Pues bien, en primerísimo lugar, el entorno. Este libro me gusta un tanto por eso. Desde el inicio se nos presenta un ambiente oscuro, misterioso y preocupante. Por alguna razón yo me lo imagino un poco en algún pueblo de Inglaterra donde hay un castillo enorme siempre rodeado de niebla que entorpece la visibilidad y se traga la luz del día. Además, tiene ese ser mágico que uno nunca ve y que, de ver, es inexplicable. Aquí, principalmente, me parece que es donde recide su temible goticidad (dudo que exista esta palabra).Hoja a hoja su autor nos pinta un lugar siniestro en el que fácilmente se puede creer que exista la magia. No hay manera de perderse, no hay manera de salirse de ese mundo en que Walpole nos hace vivir con poca pero buena descripción. Aquí aclaro que no tiene una fotorgrafía épica, que sus escenas no contienen pelos y señas -como decimos en mi país -sobre los aspectos físicos de cada personaje; pero es un hecho que el autor concentra su atención en darnos pistas y describir situaciones que ayudarán en el desenlace del misterio..., si es que se considera resuelto para muchos de ustedes. 

Ahora bien, sobre los personajes es donde siento que tengo un poco de problemas. En este momento, en este 2018 en que vivimos, podemos considerarlos demasiado cliché. Son los clásicos personajes que hacen las cosas esperadas dentro del "guión". Pero el asunto es este: El castillo de Otranto ES el arquetipo. Todo lo que ahora consideramos cliché salió de este libro. Pensándolo de esa manera, en que antes de este no había otros textos cuyos personajes reaccionaran así, me pienso dos veces la perspectiva de prejuzgarlo como cliché. Es un poco complicado, lo admito, pero una vez que uno procura sacarse todas esas ideas preconcebidas puede percibir los inicios de un género que ha sido, desde hace mucho tiempo, leído por tantos al rededor del mundo. Es aquí donde las actitudes de los personajes se tornan algo más llevadero, algo más normal y, dentro de todo, arquetípico. Incluso, si no quieren tomarse el tiempo de imaginar que no han leído nada igual, de borrar de su disco duro todo lo aprendido; les recomiendo que lo vean como el paciente cero, que también se vale. Vean de dónde salió cada aspecto que vieron en tal o cual libro que le siguió en la historia. De esta manera es sencillo entender los desmayos de las damas ante situaciones alarmantes, los encuentros del destino que son muy oportunos para la trama y las ausencias o apariciones propiamente reguladas. 

Ya casi para terminar, porque esta reseña será tan corta como el libro mismo, quiero tratar el tema de su lectura. Desde la forma de leerlo, que es sencillísima y no tiene pierde (excepto en una que otra palabra arcáica que uno ha de buscar para ubicarse en tiempo y espacio), hasta el hecho mismo de que es tan corto que yo, al menos, lo leí en mi camino a casa de dos horas desde la escuela. Simple y sencillo. Es una lectura ligera, dentro de todas las "complicaciones" que se le puedan encontrar. No se necesita invertir demasiado de tu día en este escrito maravilloso para enterarte de todo el novelón que Walpole tiene para nosotros.

Terminando con este post, le recomiendo el libro a todos aquellos que quieran una aventura que preocupe desde sus primeras hojas, a todos los que quieran un clásico de los pies a la cabeza. Eso sí, les repito que han de tener en mente que mucho de lo aquí escrito son cosas que probablemente, como lectores, hemos leído en otro lado. Pero, lo más relevante a mi ver, es leerlo con esa idea de que este fue el primero en su clase, que tienen ante sí al pionero de muchas historias que disfrutamos en la actualidad. Como pueden ver, para este siglo, Horace Warpole nos dio un libro que se vende más por el romanticismo de su pasado y origen que por las primicias que puede aportar. No por esto significa que no valga la pena, se los garantizo. En fin, se lo recomiendo a todo el que quiera saber del origen de las historias de miedo y misterio y los reto a que descubran cuáles de sus autores favoritos también tuvieron en algún momento de su vida (y quizá alabaron a Warpole como nosotros lo hacemos con ellos) un ejemplar de este autor.

Saludos enormes,




Mil veces hasta siempre

Autor: John Green.
ISBN: 9789871997305
Género: young adult, contemporáneo.
Editorial: Nube de Tinta.
Número de páginas: 304.
Sinopsis: Aza nunca tuvo intención de investigar el misterio del multimillonario fugitivo Russell Pickett. Pero hay una recompensa de cien mil dólares en juego y su mejor y más intrépida amiga, Daisy, no está dispuesta a dejarla escapar.
Así, juntas, recorrerán la corta distancia y las enormes diferencias que les separan del hijo de Russell Pickett, Davis. Aza lo está intentando. Trata de ser una buena hija, una buena amiga, una buena estudiante y, tal vez, incluso una buena detective, mientras vive en la espiral cada vez más estrecha de sus propios pensamientos, una y mil veces hasta siempre.
En este esperado regreso, John Green, el aclamado y premiado autor de Bajo la misma estrella y Ciudades de papel, nos cuenta, con una claridad desgarradora e inquebrantable, la historia de Aza en esta brillante novela sobre el amor, la resiliencia y el poder de la amistad para toda la vida.

Reseña: Mil veces hasta siempre es la más reciente novela del que quizás sea el escritor más famoso de los últimos años, John Green, autor de libros como Buscando a Alaska, Bajo la misma estrella o Will Grayson, will grayson. Yo como lector tengo una relación... digamos complicada con el bueno de John: Bajo las misma estrella fue uno de los primeros libros que leí ya como hobby y en su momento me encantó, después, hace como dos años, me prestaron Buscando a Alaska y ya mis sensaciones no fueron tan buenas, pero ahora creo que si lo volviera a leer me gustaría mucho más, porque considero que hay que haber pasado por algunas cosas para enfrentarse a ese libro. Por último, el año pasado leí Will Grayson, will grayson, novela que escribió en conjunto con David Levithan y que me gustó bastante. Así que a finales de 2017, cuando salió a la venta Mil veces hasta siempre, me decidí a comprarlo, pero no fue hasta estos días que lo pude leer.

La historia nos ubica en la ciudad estadounidense de Indianapolis, y tiene como protagonista a Aza, una joven adolescente que sufre de TOC combinado con ansiedad e hipocondría, la obsesión de una persona que siente y afirma tener una enfermedad grave. Junto a ella nos encontramos a Daisy, su mejor amiga de siempre, fanática de Star Wars y escritora de fan fictions. Un día, se enteran de que el multimillonario local Russell Pickett desapareció y que hay una gran recompensa por cualquier información que ayude a encontrarlo. Resulta que Aza conoce al hijo de Russell, Davis, de un campamento al que ambos concurrieron en su infancia, y así es como inicia el que por ahora es, bien peleado con La lógica inexplicable de mi vida, el mejor libro que leí en lo que vamos de año.

"El problema de una espiral es que si la recorres, en realidad nunca acaba. Se estrecha infinitamente."

Personalmente me sentí muy identificado con Aza, debido a que el año pasado sufrí, y de hecho todavía tengo algo de ansiedad e hipocondría. Pero por suerte he aprendido a controlarme a mi mismo, yendo al gimnasio, leyendo o simplemente jugando alguna partida de un juego online, además de que mi caso no es nada grave comparado al de Aza, quien asiste a una psiquiatra y está medicada. Quizás por esta identificación me cueste un poco ser objetivo con la reseña, cosa que de por sí se nota, porque nunca hago párrafos tan largos jaja.

Obviamente, como todo libro de Green, el libro está narrado en primera persona, cosa que ayuda a sentir más cercano e identificarnos más con Aza, creo que es muy realista y que puede ayudar a que la gente aprenda lo que verdaderamente significa la ansiedad. Y también aprecio que John Green haya escrito un libro sobre el tema, porque la ansiedad es algo que afecta a prácticamente la mayoría de la población en general, más que todo a los adolescentes, pero aún así no es un tema que se trate mucho en la literatura YA; a repaso rápido solamente se me vienen a la cabeza este y Sólo quedó nuestra historia, de Adam Silvera, libro del que leí muy buenas críticas y me gustaría leer en un futuro. 

"Suelen decir que una línea separa claramente la imaginación de la memoria, pero no existe esa línea, al menos para mí. Yo recuerdo lo que he imaginado, e imagino lo que recuerdo."

Otro personaje con mucha importancia es Davis, que es un chico que tiene toda la riqueza material que uno se puede imaginar, pero su madre falleció años atrás y no tiene una buena relación con su padre. Es alguien que realmente intenta comprender a Aza, y en cierto modo lo consigue. El romance es algo que está presente en la trama, pero el libro no gira alrededor de él, cosa que a mi me gusta, porque no se siente para nada forzado y podemos apreciar una buena construcción de la relación. 

El final quizás peque un poco de previsible, pero creo que es el mejor posible. Es un poco triste, pero tiene su lado reflexivo, que una vez más, nos hace plantearnos muchas cosas sobre el saber disfrutar y también sobre el hacer frente a las adversidades y de esa forma seguir adelante.

"Toda pérdida es inédita. Nunca puedes saber cómo sufre otra persona, en realidad no, del mismo modo que tocar el cuerpo de otra persona no equivale a tener el cuerpo de otra persona."

En mi opinión, y a falta de releer Buscando a Alaska y de leer El teorema Katherine y Ciudades de papel, Mil veces hasta siempre es el mejor libro de John Green, es uno que visibiliza de una excelente y acertada forma el tema de la salud mental en los adolescentes, tiene una hermosa historia, se lee muy bien, y nos deja montones de frases y metáforas para reflexionar sobre nuestro día a día. Este es uno de esos libros que recomiendo no solo a cualquier lector, sino a cualquier persona. Y para aquel que esté sufriendo de ansiedad, TOC o cualquier problema de salud mental, quiero que sepas que hay salida, siempre hay salida.

Para cerrar y como dato de color, este es el libro número 100 que leí y a la vez esta entrada es la número 300 del blog, parece que a este libro le gusta destacar (?). Así que les dejo un par de frases más que resalté en el libro, porque las tres que suelo poner me parecen pocas en este caso, disfruten.

"Las espirales se hacen infinitamente pequeñas si las recorres hacia dentro, pero infinitamente grandes si las recorres hacia fuera."

"Y el problema es que cuando pierdes a alguien, te das cuenta de que al final perderás a todo el mundo."

"Eres el fuego y el agua que lo apaga. Eres la narradora, la protagonista y su compinche. Eres la que cuenta la historia y la historia que se cuenta. Eres algo de alguien, pero también eres tu tú."

Mary Shelley

¡Mis queridos seres míticos!

No sé si muchos de ustedes se habían enterado pero, hace relativamente meses (o un mes) salió una película basada en la vida y creación de Mary Shelley. Para los que no la conocen, esta mujer es una maravillosa autora de un libro por muchos aclamado y por otros envidiado: El Prometeo moderno. Tristemente, sé que en este punto otros tantos despistados siguien sin saber quién rayos es Mary. Pues bien, se los reduciré a una simple palabra: Frankenstein. Así mismo, Mary fue la autora original del libro que a muchos nos ha dejado pensando y a otros tantos ha aterrado. Aquí les dejo el trailer para los que no han tenido la oportunidad de verla todavía. 


No les contaré mucho más de la historia de esta mujer porque sería contarles la película entera y no tiene mucho sentido. Por eso, mejor, he pensado en hacerles una reseña al respecto. Espero que la disfruten tanto como yo haciéndola. Pero entremos en materia.

Comenzaré con la fotografía porque, lo admito totalmente, me ha gustado mucho. De verdad que hicieron un buen trabajo respecto a eso. No es demasiado oscura, al menos no es una forma física, pero sí que lo es por los probables simbolismos que se pueden observar. La forma en que se puede presentar un cementerio, un murmullo entre dos personajes cuyo entorno representa su propia decadencia. Quizá me estoy yendo a los extremos y los encargados de la fotografía no hicieron más que crear imágenes medianamente buenas. Pero al final del día lo que se puede apreciar es realmente bueno y se agradece con creses.  Visualmente hablando es algo que gusta y atrae de principio a fin. 


Respecto al cast es donde comienzo a tener algo de problemas. No con la protagonista, aunque estoy bien seguro que pudo haber sido mejor; sino por los papeles secundarios. Sobre todo el de su marido, me pareció que pudo haber sido mejor ocupado por otra persona. El chico llena la retina, pero no el papel. Se nota a primera vista que es el factor visual de la situación lo que pretende atraer a las nuevas generaciones aunque el actor no tenga demasiado talento. Al final del día lo entiendo pues Hollywood jamás dejará de ser una simple empresa más en busca de capital. No es el tema de momento. Así pues, creo que los papeles comienzan algo flojos pero van cobrando fuerza. De hecho, hay una chica de Game of Thrones (no sé su nombre, siempre los olvido) que interpreta a Arya y tengo la seguridad enorme de que pudo haber sido una mejor Mary Shelley que la chica Fanning. Pero bueno, al menos diré que no se arruinó del todo el papel. 



Sobre el mismo tema de la interpretación pero haciendo referencia a otros menesteres, he de decir que llegó un punto en que la trama se tornó meramente adolescente. Quizá tengo demasiado arraigado el patrón dado por Orgullo y prejuicio, pero no me entra en la cabeza que dos chicos que se pretenden en esa época vayan por la vida manoseándose enfrente de las hermanastras. Tal vez era, también, que los acotres al inicio no tenían demasiada química en pantalla. Lo más seguro es que haya sido todo una enorme alucinación mía. El punto es que esa parte particular de la película no fue de mi agrado. Siento que no estaba del todo justificado ese romance vulgar dentro de la cinta. Lo que no ocurre con las escasas escenas eróticas (o intento de) que vienen después en la cinta. 

Por último, diré sin dar detalles que su final es muy bueno. Como es de esperarse al estar basada en hechos reales, cuenta lo que sucedió con esas personas. Además, tiene el agregado de frases que calan hondo y nos rememoran al mismo Prometeo moderno. A partir de la mitad de la película en adelante se nos entrega todo ese existencialismo mezclado con la responsabilidad de dar vida. Aquellos que, como yo, son padres, entenderán de lo que hablo. Tarda, pero termina de esa forma oscura, perturbadora, que nos deja un extraño sabor de boca, un regusto a moralidad y abandono mismos que podemos encontrar en el escrito de Shelley. Toma fuerza conforme avanza la trama y se nota la evolución de los personajes.

Como datos extra tenemos la mención de dos autores que simplemente no pueden pasarse por alto, además de una obra emblemática (precursora de Drácula) llamada El vampiro. Creo que este dato, estas pequeñas sutilezas, para alguien que en serio disfruta de las historias de terror y fantásticas, son cualidades que atrapan al espectador. Es por eso que se la recomiendo a todos los que hayan leído El Prometeo moderno pues, de lo contrario, se perderán de muchos detalles esenciales para entender a Shelley, su comportamiento en algunos momentos y lo que la llevó a crear esta gran obra. Es una película para pasar el rato pero garantiza entretención, en pocas palabras. 

Saludos enormes,


La droga que refresca

Autor (es): Eduardo del Río (Rius).
ISMB: 978-607-429-148-3.
Género: Caricatura política.
Editorial: DeBolsillo.
Número de páginas: 87 páginas.
Saga: Una gloriosamente larga.
Sinopsis: La droga que refresca. Es el producto comercial más conocido y vendido en todo el mundo; es el mayor símbolo del imperio norteamericano; gracias a ella el mismísimo Santa Claus se hizo famoso... en fin, se trata ni más ni menos que de ¡la chispa de la vida! Claro, nos dice Rius con este libro, su vida sería otra... otra mucho más saludable.
Como siempre, el gran maestro morero ha resumido en estas páginas kilos y kilos de información sobre este brebaje que, al igual que las cajetillas de cigarros, debería exhibir en su envase la leyenda: "Este producto puede ser nocivo para su salud". Explica Rius: "La razón de este librajo: el estudio socio-político-cultural-filosófico-económico-histórico y ¡nutricional! del famoso producto llamado Coca-Cola (y porquerías pepsimilares)".


Mis queridos seres míticos. Hace mucho que no me pasaba a escribirles. Ya saben que hemos estado teniendo algunos problemas técnicos con las imágenes del blog, pero no se estresen, jamás los abandonaré. Poco importa ahora porque el día de hoy vengo, ni más ni menos, que con reseña. Como lo leen, una que le quiero agradecer a mi proveedor de revolución, Bob el Minion, por prestarme sus libros de Rius uno a uno (como biblioteca). Además, quiero dedicar esta reseña a otro gran amigo que hace días se comunicó conmigo para presionarme sobre las reseñas, Neidan, esta va por ti y espero que te guste. Como siempre, estamos dispuestos a recibir sus comentarios, quejas, dudas, sugerencias y amenazas de muerte. Y, sin más qué agregar en las cosas que nada tienen que ver con la reseña, pasemos a ella.

Comenzaré diciendo que jamás me planteé la posibilidad de leer un libro de este tipo. Quiero decir, he leído muchos comics en mi vida, novelas gráficas (que no son lo mismo), y libros ilustrados; pero nunca había leído caricatura política extendida. Supongo que esta es la manera de llamarlo: caricatura política extendida. Es por eso que me parece justo y necesario iniciar esta reseña con la caricatura del hombre en cuestión. En pocas palabras diré que no para el fin al que está dedicada, la caricatura es muy buena. Rius sabe cómo resaltar los defectos de los personajes. En mi persona produjo esa especie de necesidad de investigación para delucidar algunos aspectos de personajes conocidos. Me fue necesario ir a Google y buscar imágenes de las personas para poder ver si sus defectos eran demasiados o estaban bien resaltados. Claro que también existen otros muchos aspectos meramente culturales a sus agregados, como colas de rata y esos asuntos. Nada de lo que quiera escribir justo en este momento. Pero sigamos con la imagen. Es divertida y sagaz. Está toda en blanco y negro y en ningún momento es necesario pararse más de dos segundos la lectura pues muchas veces las mismas imágenes nos llevan a los datos relevantes que Rius nos quiere comunicar en sus libros.

Ahora sí, pasemos a algo más interesante: el lenguaje que maneja este individuo. Rius es sarcástico en cada página. No hay otra manera de decirlo. Se vale de imágenes (obviamente) y comentarios tales que producen risa en el lector. Eso es un aspecto que me gustó mucho. Además usa palabras muy de México, muy de "rancho" o "pueblo". No por minimizarnos como cultura, sino para demostrar un punto que justo ahora no aclararé porque no es el tema. Lo que sí nos concierne es que podremos ver el lenguaje de la gente común, ese hijo de vecino cualquiera que nos lleva de la mano para hacernos reír y reflexionar al mismo tiempo. Esto hace del libro una cosa totalmente llevadera, maravillosamente llevadera. Sus libros son todos muy cortos. Creo que ninguno pasa las 120 páginas, y es gracias a su humor y su forma de escribir que parecen todavía más cortos. No pasarás más de una tarde leyendo alguno de ellos a menos que, como yo, quieras admirar cada detalle de sus dibujos para reírte un rato todavía más largo. 

Respecto al tema tengo unas cuantas cosas que decir. Principalmente que Rius supo escogerlo perfectamente. Es un tema controvercial si se ve desde el punto que él lo expone. Mientras vas leyendo comienzas a cuestionarte tus razones para ingerir esa sustancia. ¿Es realmente buena? ¿Puedes sustituirla con algo más? ¿Cuál es el punto de que la tomes si es tan cara en comparación con otras cosas, como hacerte tus propias aguas de frutas? Rius comienza a jugar con nuestra mente exponiendo datos de los que hablaré en un párrafo exclusivo del tema. Pero siguiendo con su tema principal, Rius sabe cómo poner los puntos sobre las íes y, lo que es más, sabe por qué hacerlo. Quiero decir, muchas de las ideas y opiniones ahí expuestas son totalmente ciertas una vez que se razonan. Claro..., para eso primero hay que razonar. 

Hablando de los datos que expone, hay algo que me gusta muchísimo de este libro: Eduardo del Río es tan amable de poner las imágenes fotocopiadas de muchos carteles de épocas anteriores para respaldar lo que está diciendo. Además, en ocasiones pone incluso las fuentes de donde ha sacado dicha información. Eso sí, la mayor parte del tiempo habla al aire, no lo niego, porque no cuenta con una bibliografía en forma que el lector pueda consultar a la primera de cambios. Pero al menos habla de archivos, fechas y nombres particulares que sí que pueden ser rastreados en este mundo llamado internet. Todos estos elementos me ayudaron a comprender un poco más el punto del libro, además de que te da una sensación de realidad (porque no digo que todo lo expuesto aquí sea real a pies juntillas) que se aprecia de principio a fin.

En conclusión, ya que Rius la tiene también, puedo decirles que es un texto que he disfrutado y que me ha encantado de inicio a fin. Es divertido, inteligente y educativo. Todo lo que una persona puede querer. Y de forma todavía más personal les he de decir que no volveré a tomar un refresco (de ningún tipo) en mi vida. Llevo una semana limpio y el plan es mantenerme así recordando a Rius cada que tengo antojo. Es un libro que vale la pena con creses por el mensaje que deja, lo que es una sorpresa en la literatura de mi país. Se lo recomiendo a todo el mundo, o al menos todos aquellos que ya estén en la preparatoria porque un niño no llegaría a comprender el impacto real de algo como una simple soda (o refresco de cola). Quizá así comencemos a tener un mejor lugar para vivir. 

Saludos enormes,








P.S. Le daría 6 calaveritas, pero no tengo la imagen. 

Bloggscritores 4

Mis muy queridos seres míticos.

Soy yo de nuevo con una entrada más de esta inciativa que nos ha llevado a todas a descubrir talentos que no pensamos que tuviéramos. Al menos yo no lo pensaba. ¿Se están divirtiendo hasta el momento con nuestras hisotiras? Porque nosotras estamos de maravilla escribiéndolas. ¿Cuál ha sido la que más les ha gustado? ¿Ya se han pasado a los blogs de mis compañeras a leer sus historias. Porque yo, con toda franqueza, no había podido hasta hoy. Es por este motivo que vengo con cuatro días de retraso a postearles la entrada. Como sea, para los que no se han pasado a los otros blogs a ver las historias, aquí les dejo los links:


Algunas de ellas están en pausa y otras como yo llevan algo de retraso. Conforme los meses avanzan esto comienza a ser algo más complicado. Pero aquí seguimos, al pie del cañon, siempre intentando traerles lo mejor de nuestro trabajo para ustedes. Y pues, bueno, no tengo más qué decir excepto que este mes la palabra me ha tocado a mí: IMPARABLE. No hay una razón concreta para esta palabra, sólo que me ha gustado. Espero que les agrade mi escrito y, bueno, sin más qué decir, aquí les dejo mi historia y les recuerdo que se pasen a las de mis compañeras.


Not old... just older...

Benjamín miró por la ventana. La tarde caía y estuvo seguro de que ya nadie iría a visitarlo. Esa sería la cuarta semana seguida que su familia lo olvidaba en ese maldito lugar de mala muerte, completamente solitario, sólo rodeado por vejestorios igual que él, gente inútil que ya ni siquiera servía para causar lástima a sus familias y que estas, por fin, pudieran ir a cumplir y entretenerlos (sacarlos de la rutina) una mísera hora. El horario de visita tocaba a su fin y el viejo estuvo bien seguro que nadie llegaría de último momento, implorando por verlo. Había dejado de ser importante o relevante. Su familia prefería esos aparatejos que los mantenían a distancia entre sí. ¿Es que no se daban cuenta que el avance del tiempo era imparable? No había manera de detenerlo. Eventualmente ellos se verían como él mismo y se encontrarían a la larga extrañando y necesitando ese afecto que ahora rechazaban.

Benjamín se miró al espejo y no pudo reconocerse. Quizá por eso su familia ya no lo visitaba, porque ya no era la misma persona Se dio cuenta de que ya no era ese hombre divertido y sarcástico que había sido en su juventud, ese que había enamorado a su esposa. Ya no sonreía con frecuencia. O lo que era peor, ya no encontraba motivos para hacerlo. ¿Cómo es que había cambiado tanto con el tiempo? Él que había sido intempestivo, que había sido imparable como el mismo tiempo, de pronto se había convertido en eso que se juró jamás ser. Suspiró contra la superficie reflectante, dejando una marca de vaho que distorcionó su propio reflejo de anciano amargado. 

Recordó mejores días. Esos momentos en que no le importaba el dolor y hacía cosas. ¿Había llorado cuando se fracturó los dos brazos al andar en patineta y caer por unas escaleras? No. ¿Había tenido miedo cuando su padre, a los 12 años, lo enseñó a surfear? Quizá un poco. Pero todas esas cosas no lo pararon entonces. Siempre fue el joven Benny que se tragaba el pánico y se ponía en marcha. Incluso recordaba el día de su boda, ese temblor en las manos y la capa asquerosa de sudor sobre el labio. Ni siquiera en ese momento, ni siquiera ante toda esa gente, reculó un poco. ¿Qué había pasado con él? Que se volvió viejo. Ahora ni siquiera podía caminar por su propia cuenta. Debía usar andadera o dejar que una enfermera lo arrastrara por el deprimente asilo en una silla de ruedas. No quedaba nada de ese hombre que procreó al mayor de sus hijos en el callejón trasero de un bar. 

Se observó el el espejo. Acabado. Con las mejillas arrastrando y los ojos opacos y ocultos debajo de los párpados aguados. 

Fue en ese momento que tomó la determinación. Tomó los frenos de su silla y tiró de ellos con fuerza, anclándola al lugar en el que se encontraba. Se observó una última vez, sintiendo asco por sí mismo, y bajó los pies de los estribos. Nadie le iba a decir lo que tenía que hacer. Él era Benjamín, el mismo hombre que había aprendido a andar en motocicleta pese a los regaños de sus padres. Por eso puso el primer pie sobre el suelo, afianzando el agarre de sus manos sobre los laterales de la silla. Él era Benjamín, la misma persona que se enlistó en el ejército y luchó en mitad de la selva por gente que no conocía. Respiró profundo y se sintió más joven, se sintió de 50. Casi pudo verse a sí mismo con su primer nieto en los brazos, quebrándose un poco y llorando de alegría al saber que su familia comenzaba a crecer. Con calma, puso el otro pie en el suelo porque él era Benjamín, la misma persona que bailaba hasta cansarse con una botella en la mano. Sonrió para sí mismo y se dio impulso, sintiéndose nuevamente de 30 años.

Y se puso en pie...

Elevó su cadera de la silla de ruedas y comenzó a caminar hacia la salida como el hombre joven que siempre había sido en el interior de ese gastado cuerpo. Iría a vivir, iría a sufrir y a ser feliz. Porque nadie le había dicho a qué edad uno está capacitado para hacerlo. Algunos se quejaban de ser demasiado jóvenes y otros, por el contrario de ser demasiado viejos. Lo que era él, Benjamín, simplemente dejaría de quejarse porque, sin importar que mañana no despertara, el día de hoy, como el tiempo, él era imparable.

FIN.

¿Qué les ha parecido la historia? ¿Les ha gustado? ¿No les ha gustado? ¿Debo dedicarme a dejar de escribir y seguir con las reseñas? Saben que todas sus dudas, quejas, sugerencias y amenazas de muerte son bien recibidas en los comentarios y, de la misma manera todas estas serán respondidas con la brevedad posible. 

Sin más qué decirles excepto que vayan a los blogs de mis compañeras y no olviden decirles que yo los envié. 

Saludos enormes,


Espontánea

Autor: Aaron Starmer.
ISBN: 9788494658723
Género: young-adult
Editorial: Océano Gran Travesía.
Número de páginas: 364.
Sinopsis: El último año de escuela para Mara Carlyle transcurre sin sobresaltos, hasta que un día ¡bum!, uno de sus compañeros explota en mitad de la clase. Ése será el primer caso, pero no el último, de una alocada serie de combustiones espontáneas que pondrá en jaque la vida de Mara y el orden normal de las cosas. A partir de entonces, Mara hará lo posible por graduarse de una sola pieza. Y es que su último año está siendo verdaderamente explosivo: tiene que lidiar con una sorpresiva historia de amor, cuarentenas, hongos alucinógenos, blogueros, camiones de helado, Bon Jovi, y las expresiones más groseras que jamás hayas oído decir al presidente de Estados Unidos.
Gracias a Océano Argentina por el ejemplar.

Reseña: Espontánea es una de las novedades de junio de la editorial Océano. Tras leer su sinopsis y ver que había referencias a Bon Jovi y que la premisa inicial parecía bastante interesante me decidí a pedirlo. ¿Cumpló? A medias.

La trama gira alrededor de una adolescente que cursa el último año de secundaria, Mara, a quien no le interesa nada; es un poco egoísta y bastante fanática del humor negro. Vamos, que es el modelo de adolescente del siglo XXI promedio. Un día, así de la nada, una de sus compañeras explota en la clase de cálculo. Desde ese momento, empieza a perder cada vez más compañeros de esta forma, que toma el nombre de Combustión Espontánea: la explosión o incineración de persones sin motivo o razón aparente, y cuyos cuerpos terminan siendo poco más que cenizas.

"Es posible que nunca hayas pensado en lo que mantiene la vida de una pieza. Hasta que, por supuesto, se hace pedazos."

Esta es una novela rara, debo decir que nunca había leído algo que siquiera se asemejara a Espontánea, un libro donde los estudiantes del último curso de una pequeña ciudad empiezan a combustionar uno a uno, y en que su protagonista no siente pena ni lástima por prácticamente ninguno. Creo que esta frialdad egoísta de Mara se puede interpretar como que el autor nos quiere mostrar cómo son muchos de los adolescentes de hoy: se preocupan por su bienestar y poco más. Y, como esa, hay varias críticas a la sociedad de hoy, cosa que me gustó.

Los personajes secundarios son de lo más variado: Tess, la mejor amiga de Mara, es una joven inteligente que quiere llegar lejos en la vida; los mellizos Dalton, dos camellos; Dylan, el novio de Mara, de quien hay muchos rumores sobre su pasado y la agente del FBI Carla Rosetti, que es uno de mis personajes favoritos del libro.

"A veces los motivos son extraños. Pero generalmente tienen sentido cuando se presenta toda la evidencia."

La narración es en primera persona, y rápida. Es un libro tranqui, no hay partes que sean densas o complejas. El problema es que la historia va tan rápido que: primero, nunca entendés dónde va el libro y segundo, cuando llega al final es imposible no sentirse desilusionado. Me pasé todo el libro formulando teorías sobre la causa de las combustiones espontáneas y cuando llegamos al desenlace terminé con inclusive más dudas de las que ya tenía.

En síntesis, Espontánea es algo fresco, que sirve para salir de lo típico en los Y.A. actuales y que se deja leer, pero que sin embargo, nunca termina de aclarar sus intenciones y nos deja con un final que no colabora mucho. Lo recomiendo a los lectores que busquen algo diferente a lo normal.