Bloggscritores 2

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Mis queridos inmortales.

¿Sorprendidos que de nuevo sea yo? Pues sí. Este fin de semana me he dado a la tarea de no abandonarlos y prometo ponerme al día con mis reseñas para cumplir con la cuota anual de 20 como mínimo. De verdad que trabajo en ello. Incluso tengo un libro en puerta de un latino amigo de un amigo –Jonathan Vázquez- que hasta el momento es buenísimo y otro más por parte de uno de nuestros grandes colaboradores. Además, claro, reseñas de Wattpad (estoy escogiendo algo que en serio merezca ser reseñado) y una sorpresa conjunta con colaboradores del mundo mortal originarios de mi ciudad que en serio les va a gustar tanto como a nosotros hacerlo. Pero bueno, vayamos al punto y entremos en materia. Como es de esperarse, vengo a ustedes el día de hoy porque es final de mes y, como cada final de mes durante estos seis meses, he de hacer un cuento que compartir junto con nuestros colaboradores. No se olviden pasarse a cada uno de los blogs y dejar un comentario constructivo, tanto si les gustó como si no, diciendo siempre que Caronte los manda. Antes de comenzar y, temiendo que no lleguen al final de mi historia, les dejo los links de las otras participantes para que estén al pendiente:


Y sin más preámbulo, mi “maravillosa” (sí, claro) historia cuya palabra clave de este mes es ENREDADERA:


Compulsión

Sabía que de algún modo, quizá, estaba mal, que lo mejor era dejar de lado esas ideas, esos mirar a través de la enredadera. Su único amigo le decía que estaba mal, que no podía ser esa necesidad tan compulsiva, tan apabullante. Además, él, Denis, se veía como un acosador para todos cuantos lo pudieran sorprender en el momento. Sin embargo, su mejor amigo no entendería del todo sus emociones porque él no había estado ahí, no había visto y sentido lo que él. Siempre que miraba a través de esa selva verde volvía se sentirlo, aunque fuera un momento, y lo recordaba vívidamente. De decirlo en voz alta, más que juzgarlo acosador, lo pensarían loco. Es por eso que Denis sonrió con nostalgia, recordando cómo había llegado a ese lugar.

Sólo tenía 16 cuando todo pasó. Huía de su madre sumisa y su padre que pensaba que las mujeres existían para acatar órdenes. Pese a su estado de varón, Denis siempre había pensado que dicho trato no era el indicado. Recordaba claramente que esa mañana se puso en pie a primera hora y comenzó a caminar por la calle sin rumbo fijo hasta que la vio. Cualquier otro día sólo le parecería un montón de plantas contra un muro extraño pero, esa mañana, era como si dichas plantas tuvieran consciencia propia. Podía escucharlas, por lo bajo, a todas esas hojas hablando las unas con las otras en una frecuencia que hasta el momento no había escuchado. Reculó ante dicho espectáculo y esperó en silencio, creyendo que quizá era una brisa arrastrando algo que producía ese sonido. Se quedó de pie, en mitad de la acera, esperando, hasta que una voz chillona lo hizo dar un bote en su lugar.

-Son fastidiosas cuando se ponen en ese plan –una chica bajita, que a duras penas le llegaba a la cintura, lo miraba con sus ojos enormes y castaños a través de unas pestañas espesas. Al momento Denis se dio cuenta del resto: de la cara medianamente infantil rodeada de un cabello sucio y liso que parecía cortado por ella misma, de la ropa sucia y raída que parecía demasiado grande para sus pequeños miembros. Confundido, Denis alzó una ceja –Te están pidiendo que no las escales –le aclaró y el chico sintió que se perdía de algo grande –Todas las enredaderas siempre piden lo mismo pero son pocos los que entienden la realidad. No es cuestión de treparlas, sino de atravesarlas.

En sus cortos 16 años (casi 17 porque estaba a tres días de cumplir años) nadie le había dicho una cosa tan extraña como esa.

-Detrás hay un muro –le informó Denis, como si la chica fuera retrasada. Pero ella no se lo tomó a mal y, al contrario, asintió con la cabeza.

-¿Qué clase de enredadera sería si no tuviera uno detrás? En ese caso se volvería un simple arbusto –hizo rodar los ojos, como si hubiera dicho la cosa más obvia del mundo y se encaminó hacia la enredadera sin siquiera apartarla de su camino y desapareció. Muerto de miedo, Denis se quedó unos segundos más antes de seguir a la chica, sacando valor de un lugar hasta entonces desconocido. Ella lo esperaba, sentada sobre una roca al final de un camino de tierra bordeado por un bosque que no tenía fin –Estaba comenzando a preocuparme. Pensé que tendría que regresar al mundo temporal por otro mortal normal y corriente –se estremeció como si la sola idea le preocupara –Soy Mabel, por cierto.

-Denis… -murmuró el chico, no muy convencido de qué hacer o decir. Vio que “Mabel” enfilaba por el camino y la siguió de cerca -¿Qué es este lugar?

-Es Ponath town –al ver la cara de desconcierto de Denis, explicó: -Es un lugar atemporal dentro de otra dimensiona a la que sólo se puede llegar de dos maneras: o eres invitado por un habitante –se señaló a sí misma –o sabes cómo llegar.

El resto siempre se lo ha guardado para él porque se entremezcla con hazañas increíbles. Si mal no recordaba había hasta un dragón involucrado. Según lo dicho por Mabel, todos en Ponath estaban cayendo lentamente en un sueño que, al pasar de dos días, los convertía en cenizas que se llevaba el viento. Desesperada, Mabel fue en busca de una anciana sabia que vivía lejos del pueblo. Fue ella la que le dijo que buscara a un mortal del mundo temporal y que lo llevara con el dragón, él sabría qué hacer. Y lo supo, dicho dragón llamado Aliztair los llevó en su lomo tan rápido como pudo a la choza de la vieja bruja que creó el conjuro pasadizo que conectaba Ponath con el mundo temporal. Ella, por mera rabia, había soltado ese conjuro que ponía a todos en un letargo que terminaba por desvanecerlos. Los odiaba, a todos, porque la habían desterrado simplemente por la extinción masiva de hombres-gato que ella se dispuso a hacer. ¡No era para tanto! Que supieran hablar, negociar y tuvieran su propio gobierno (a veces más funcional que el propio) no era motivo suficiente para considerarlos sus iguales. Le era irrelevante, incluso, que muchos quisieran ir como refugiados de guerra a las naciones de los elfos, los gnomos e incluso los duendes. Para ella no eran mas que seres insignificantes que le servían como materia prima de sus hechizos más potentes. Pero pudieron con ella. Denis pudo con ella. Su magia no lo afectaba porque era inmune a quedarse estancado y aletargado en el sueño. Su mundo se regía por horas que avanzaban, sucediéndose unas a las otras. Era imposible que la bruja lo dejara estático.

En todo eso pensaba mientras observaba la enredadera al otro lado de la avenida de esa nueva ciudad a la que se había mudado tras terminar la universidad. En eso y en la despedida. En las palabras de Mabel cuando le dijo que podía quedarse.

-Pero no quieres… -había murmurado la chica –Algo te espera en el lugar de los relojes… -lo miró por última vez con esos enormes y redondos ojos suyos antes de dejarlo cruzar. Pese a sus ganas, Denis no podía quedarse en Ponath. Su madre se quedaría completamente sola sin él, a merced de su padre. Era necesario regresar. Y así lo hizo. Al menos físicamente porque su mente vivía de forma constante en ese lugar que cada día parecía más un sueño que tuvo de pequeño. Se fue difuminando lentamente entre la frustración y el desasosiego de no poder regresar al no tener manera de contactar a nadie que lo llevara ni saber cómo llegar por sí mismo. Hacía más de seis años que su madre había muerto, ya no pertenecía a ese mundo y, sin embargo, nadie jamás había vuelto por él. Quizá después de todo sí que era un sueño, uno del que era necesario despertar.

Molesto consigo mismo se hizo la firme promesa de no volver a mirar a través de una enredadera a la espera de ver Ponath al otro lado. Nadie lo había buscado, ni Mabel, ni el dragón. ¡Él también los olvidaría! Se convertiría en ese hombre adulto que se suponía que debería ser, ese que tenía un trabajo cómodo pero mediocre en una oficina cualquiera… Reprimiría dentro de sí esa necesidad, esa compulsión a veces enferma de acercarse a ver si las hojas le susurraban de nuevo o si había algo más que un muro tras las enredaderas. Ignoraría el sudor en las manos o el escalofrío de emoción que le recorría la espalda cuando una brisa ligera movía las plantas. Haría como que ya no sentía ni pensaba nada sobre el tema. Sería como superar una adicción que lleva tantos años contigo que parece más bien una costumbre.

-Pareces demasiado enojado. Seguro que ya no las escuchas, pero te siguen pidiendo que no las escales –unos ojos redondos y grandes le devolvieron la mirada. Denis sonrió de forma genuina por primera vez en muchos años. Era momento de volver a casa.
FIN



¿Les ha gustado? ¿Sí? ¿No? Como siempre, espero sus dudas, quejas y amenazas de muerte en los comentarios, además de sus recomendaciones para hacer de este (y los anteriores o los que vengan) cuentos mejores. Por supuesto, también espero sus correcciones ortográficas. Miren que no soy Zeus aunque a veces lo parezca y cometo errores. Y creo que esto es todo, no tengo nada más qué decir por el momento excepto que, como siempre, estén al pendiente de nuestras reseñas y de todo lo que tenemos (y claro que escribiremos) para ustedes.


Saludos enormes,


La lógica inexplicable de mi vida

La lógica inexplicable de mi vida

Autor: Benjamin Alire Sáenz.
ISBN: 9789877472912
Género: young adult.
Editorial: V&R YA.
Número de páginas: 472.
Sinopsis: Durante toda mi vida me sentí seguro de todo. Tengo el mejor papá que alguien podría pedir. Mi familia, de raíces mexicanas, siempre estuvo ahí. Samantha y Fito, mis mejores amigos, son simplemente eso: los mejores. Al menos para mí.
Pero hay algo que me perturba.
Y sé que todo está a punto de cambiar para siempre. Tal vez de eso se trate la vida, de cambiar, crecer, arriesgarnos. Pero necesito encontrarle una lógica, un sentido, antes de perderme en mí mismo.
¿Quién soy? ¿Por qué me siento así? Espero descubrirlo. Pronto.

RESEÑA: Uff, ¿por dónde debería empezar? La lógica inexplicable de mi vida es la primera novela que leo del escritor Benjamin Alire Sáenz, más conocido por su libro Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo, el cual todavía no pude conseguir. Compré este libro cuando estaba en un momento complicado de mi vida, fue más bien una de esas compras para sacarse las ganas de algo. Y hoy, casi un año después de ese momento, y tras un mes de lectura, debo decir que este es quizás uno de los mejores libros que leí en mi vida.

La historia, ubicada en El Paso, Texas, cerca de la frontera de los EEUU con México, gira alrededor de Salvador, un joven de unos diecisiete años que vive con su padre, quien lo adoptó después de que su madre biológica falleciera. No sabe nada de su padre biológico, o "bio-padre", como se lo llama en la novela. Salvador no sabe muy bien qué es lo que quiere para su futuro, es alguien que siempre ha intentado mantenerse al margen de todo, pero ahora están pasando cosas en su interior y él no sabe por qué.

"Y eso es lo que pensé: las palabras existen solo en teoría. Y luego un día como cualquier otro te cruzas con una palabra que solo existe en teoría y te encuentras con ella cara a cara. Y luego aquella palabra se convierte en alguien que conoces."

Ahí entra en juego su mejor amiga desde la infancia, Sam, una chica que es más activa, más viva y rebelde, y que vive en continúas peleas con su madre. Por otro lado tenemos a Fito, que viene de una familia de adictos a las drogas y que aún así la pelea para poder llegar a asistir a la universidad. Estos tres podemos decir que son el trío protagonista, pero hay muchos personajes más. Como por ejemplo Vicente, el papá de Salvador, un pintor, y la madre de éste, Mima, con quienes el protagonista forma unas relaciones hermosas y muy creíbles.

Como habrán visto, no expliqué prácticamente nada del "problema" de la historia, más que nada porque en La lógica inexplicable de mi vida no hay un solo nudo que conlleve a un solo desenlace, sino que son muchas las situaciones por las que los personajes van pasando, y el libro se centra en cómo estos hechos repercuten en ellos, más que nada en sus emociones: cómo afrontan una pérdida, una pelea, una amistad, la sexualidad, y hasta temas que no se suelen tocar como deberían, como el abuso o las drogas.

"El dolor significa que amabas a alguien. Que realmente amabas a alguien."

Este fue el primer libro que admito que provocó que me emocionara, no una, sino dos veces. Lógicamente no puede decir en qué momentos, así que me voy a limitar a contarles que me hicieron pensar muchísimo, sobretodo en el mundo en que uno valora a la gente que quiere. Porque varias veces más allá de estas situaciones me sentí identificado con Salvador porque es un adolescente de mi edad, y muchas cosas que él pasa durante el libro fueron cosas que también a mi me pasaron o me pasan, como el no saber cómo encarar el tema de elegir una carrera para la universidad.

La novela cuenta con casi quinientas páginas, que a simple vista puede parecer mucho tratándose de un YA, género cuyos libros normalmente rondan las trescientas páginas a lo sumo. Sin embargo, no considero que eso sea una desventaja, todo lo contrario, porque la narración se encarga de que cada capítulo, cada hoja, tiene un significado y contribuye a la trama. Podía leer cincuenta hojas en poco tiempo, después miraba el reloj y quedaba tipo "¿en serio pasó tan poco tiempo?", porque te absorbe y te hace querer leer más y más.

"Mirar a alguien, realmente mirarlo. Eso es amor."

Nunca había usado tantos post-it en un libro como con este, donde usé alrededor de veinte, fueron tantas las frases o situaciones que me encantaron, que es una lástima que por cuestiones de organización de la reseña solamente pueda poner unas pocas.

Párrafo aparte se merece la edición, que como todo libro de VRYA, es hermosa, cada página tiene decoraciones de rayitos, hojas o signos de exclamación que hacen más llevadera aún si cabe la experiencia de lectura.

"A veces postergas cosas. Y te vuelves adicto a postergarlas."

Bueno, hace bastante que no disfrutaba tanto hacer una reseña. La lógica inexplicable de mi vida se convirtió en uno de mis libros favoritos de siempre. Sus personajes, la trama, todo lo que pasa simplemente me encantaron. Lo recomiendo a todo aquel que quiera leer un excelente YA, o más bien a cualquier adolescente.



Macario

Macario

Autor (es): Bruno Traven.
ISMB: 970-643-644-8.
Género: Fantasía.
Editorial: Selector.
Número de páginas: 105 páginas..
Saga: No.
Sinopsis: Macario es la singular aventura o desaventura de un hombre humilde, hambriento, que al dar satisfacción al mayor deseo de su vida--comerse en soledad un pavo entero--recibe poderes sobre la vida y la muerte. A partir de ese momento, Macario vive experiencias extraordinarias


Mis muy queridos seres míticos. Hace un montón que no me pasaba a escribir y la verdad es que todo se lo debo a la necesaria y maravillosa escuela. Me ha tenido terriblemente ocupada en sus asuntos pero, por otro lado y en las buenas noticias, me da mucho más y mejor material para traerles, de manera que mejor no me quejo de nada. Todo es genial, así que merece el sacrificio que hago por ello.

Dejando de lado mis desvarios, me pondré a esto y les explico rápidamente de qué va Macario porque la sinopsis que venía en la contraportada del libro es terriblemente escasa. Pues bien, Macario es la historia de un hombre que lleva dicho nombre. Es un hombre humilde de pueblo pequeño que tala árboles para vivir y lo único que desea en la vida es comer un pavo él solo, sin la mirada hambrienta de sus hijos o su mujer para verse obligado a compartir. Un día, y con muchos esfuerzos, su mujer compra y cocina el tan preciado pavo y se lo da para que se vaya solo al bosque y lo consuma. Ya ahí, cuando Macario cree que podrá devorarlo a sus anchas, se le aparecen tres personas que le piden un pedazo pero él sólo accede con la última porque... Y los dejaré en eso, con la intriga de saber qué tiene de especial éste ser para que Macario quiera compartir su tan preciado pavo. Porque miren que este es sólo el inicio básico, todo lo importante viene después, cuando uno comprende a qué y por qué llegó el forastero pidiendo comida y, lo que es mejor, la recompensa que le dará al talador de árboles por el favor que le hace. ¿Los emociona hasta ahora? ¡Y miren que todavía no comienzo con la reseña como debería! Pero vamos a eso.

Bien, además de toda la intriga que ya les di arriba, ¿por qué Macario vale la pena de ser leído? Pues les cuento que tiene un lenguaje sensillísimo que cualquiera, incluso un niño, puede entender. Además que es tan corto que lo lees en las dos horas de viaje que haces en transporte público hasta tu casa -se los digo por experiencia-. Físicamente es un libro accesible que maneja unas cuantas palabras complicadas pero que en términos generales es muy fácil de leer y llevar. Además tiene una trama tan buena que te atrapa desde el primer momento y te hace querer seguir leyendo. Este es uno de esos libros que te mantienen todo el tiempo al filo de tu asiento, muerto de miedo, desesperación y hambre.

Los personajes, pese a que no se sabe muy bien de ellos y se conoce poco de su pasado, son tan buenos que uno se identifica con Macario al momento porque, sí, sólo nos podemos identificar con Macario. Y no porque unos suframos lo que él, sino por todo el simbolismo que ofrece ese momento preciso del pavo, ese en que se sienta y lo aborda la primera persona. Uno se piensa dos veces la situación que parece terriblemente normal pero que deriva en algo más. Sin duda este es un aspecto que impacta porque te hace razonar sobre tus propias desiciones, además me parece que incita a ser más inteligente y listo, a razonar mejor las cosas antes de actuar impulsivamente. Creo que esa es una de sus mayores cualidades. Este libro no te entrega nada a menos que tú lo pienses. Está tan lleno de símbolos, formas y comentarios precisos que sólo tienen sentido si lo analizas dos veces; que desenmarañarlo se vuelve necesario.

Claro que hay otros aspectos relevantes, por ejemplo su final. No diré mucho de él, sólo que es algo inesperado, terriblemente inesperado, y que te hace dudar o replantearte todo lo que habías leído hasta el momento. Es una especie de sueño dentro del sueño que alguien una vez tuvo el valor de soñar mientras era soñado. 

Creo que no me queda más que decir respecto a este maravilloso y corto libro que le garantiza a quien lo lea al menos dos horas de BUENÍSIMO entretenimiento. Se lo recomiendo a los adolescentes inteligentes que no teman a la oscuridad y a todo el adulto que quiera una gran aventura que los deje pensando en el libro sin importar cuánto tiempo haya pasado desde que lo leyeron. Y sobre todo, se lo recomiendo a Nahum, hijo de la enfermera Irma, porque estoy bien segura que es muy de tu estilo.

Saludos enormes,



Leyra

Leyra

Autor: Pablo De Santis.
ISBN: 9789504655374
Género: young adult.
Editorial: Loqueleo.
Número de páginas: 216.
Sinopsis: Leyra es la nueva alumna en el Instituto Témpore, colegio de chicas orientado al aprendizaje del dibujo. Allí desarrollará sus habilidades como ilustradora y participará de un concurso que le cambiará la vida. Amenazantes compañeras, exigentes profesoras y un secreto bien guardado atraparán a los lectores de esta novela de suspenso, donde no faltan los fantasmas y las muertes extrañas.
«Le pareció que las otras alumnas eran más diestras que ella, y más rápidas. Para ellas era un día como todos. Para Leyra, algo único. Ellas no recordarían nada de ese día. Leyra lo recordaría para siempre. Es el privilegio o la maldición de hacer algo por primera vez.»
¡Gracias a Loqueleo Argentina por el ejemplar!

Reseña: Leyra es una novedad de marzo por parte del sello Loqueleo de Santillana, siendo la nueva novela del querido escritor Pablo de Santis, autor de obras como El inventor de juegos o El Último Espía.

La trama gira alrededor de Leyra, una joven que vive junto a su abuela en una pequeña ciudad rural donde la única opción existente para completar sus estudios secundarios es el misterioso Instituto Témpore, un internado de caligrafía y dibujo exclusivo para mujeres. Allí, deberá enfrentarse a una exigencia y competencia a las que no está acostumbrada.

"Reparar algo que se ha roto siempre da una satisfacción particular, más intensa inclusive que la de crear algo. El que crea no sabe si tiene sentido lo que ha hecho, pero reparar algo es volver a instalar en el mundo algo que ya tenía ganado su lugar."

La historia es interesante y misteriosa y al principio tiene una onda a serie estadounidense ambientada en una secundaria, con los conflictos entre estudiantes, los profesores que guardan secretos y el propio trasfondo de la escuela misma. En este libro nos encontraremos con varios plot twists, cada uno de variada importancia, motivado quizás por el hecho de que cada parte del libro tenga su pequeña subtrama.

La narración es lo que llamaría simple, lo que me gusta pero a la vez no me termina de convencer, me explico: me gusta porque el autor no se demora explicando cosas intrascendentes y me desagrada porque da la sensación de que todo pasa muy rápido. Otra cosa que me gustó es que se habla un poco de los diferentes tipos de caligrafía y de cosas como la función de las ilustraciones en los libros.

"Cuando la gente deja de trabajar, se encuentra con tiempo para descubrir toda clase de dolencias. Se reciben de médicos de sí mismos y ven en todo señal de alarma."

Leyra me pareció una protagonista interesante, si bien creo que lo mejorcito en este aspecto está en los personajes secundarios: Bastiana, que viene a ser la antagonista de la historia, el señor Témpore, Javiera y la directora del Instituto, la señora Lamarr.

En conclusión, recomiendo Leyra a todos los que buscan una lectura un poco más ligera de lo habitual, pero que sin embargo tiene muy buenos toques de thriller y suspenso. Se lleva una puntuación de cuatro estrellas sobre cinco posibles.