La revolucioncita mexicana
ISMB: 9707802421
Género: Caricatura política.
Género: Caricatura política.
Editorial: DeBolsillo.
Número de páginas: 200 páginas.
Saga: No.
Sinopsis:La Revolución Mexicana también es cosa de risa. ¿Otro libro sobre la Revolución Mexicana? ¡Si nada más se han escrito unos 18 mil! Y cada uno de esos libros pretende ser El Libro de la revolución mexicana (igual que éste) ¿Cuál es entonces la intención de hacer otro? Pues inmodestamente, creo que faltaba un libro de humor sobre nuestro movimiento armado. Y que además se acerque a la verdad de lo ocurrido, aunque el autor sólo sepa de la tal revolución por libros y películas o pláticas, testimonios y cosas de ésas. En todo caso, será una interpretación humorística con pretensiones de veracidad. Nada más.
Mis queridos seres míticos. ¡Hola! Es un placer volver a verlos. Sobre todo por estas fechas y con el título que vengo a presentarles. Porque reseñar a Eduardo del Río siempre es un deleite ya que implica leer sus maravillosos libros. El día de hoy, por ejemplo, vengo a compartir esa dicha con ustedes.
Como ya lo había dicho anteriormente, en la reseña de La droga que refresca, la especialidad de Rius son los libros satíricos en caricatura política. Así que, ¿qué hay más político que la Revolución en México? De esta forma, Rius nos dejó en su legado este increíble escrito llamado La revolucioncita mexicana. Desde ahí nos asegura que es un evento a su parecer menos relevante de lo que debería ser y no tan importante como se creía. Pero vamos por partes para no perdernos en el camino.
Iniciemos con las imágenes. Al ser caricatura política no podemos esperar obras de arte al por mayor, pero no cabe la menor duda de que las caricaturas de Rius siempre cumplen su función: la de entretener en cada página. Creo que lo más degustable de sus imágenes radica en el ridículo. No es una burla obvia en muchos casos y la mayoría de las veces el chiste o broma se comprende sólo entendiendo su contexto histórico. Es una broma inteligente por lo que, desde aquí, advierto que se debe tener cierto grado de conocimiento histórico para entender algunos chistes visuales. Eso sí, los libros oficiales de historia que nuestro sistema educativo nos pueden proporcionar no funcionan como fuente feaciente para comprender este tipo de sutilezas. Fuera de estos particulares cartuchos, creo ferbientemente que se reirán más de una vez durante la lectura.
En el sentido histórico es, desde luego, donde radica la riqueza del libro. Rios comienza centrándonos en un contexto social de la época, nos explica las carencias, la situación política (si es que se puede considerar que la hubo), y los cambios en las altas esferas que decantaron en lo que más tarde se conocería como "revolución". Para lograr esto, Rios nos dio una escasa bibliografía, aunque bastante concisa. Lo destacable del escrito y sus fuentes, sin embargo, radica en lo que yo he deonminado como "los archivos definitivos". ¿A qué me refiero con esto? Son las transcripciones y fotocopias de los planes tales como el de Ayala y los tratados que se hicieron en diferentes partes de México y Estados Unidos con el fin de mejorar la situación del campesino mexicano. Al ser transcritos de forma textual, son un dato importante a considerar y, al final del libro, en la conslusión de Rius, significan el mayor chiste de todo el texto. Pero intentaré no adelantarme o darles spoilers al respecto. Así, Rius vuelve a hacerlo, a educarnos y hacernos pensar mientras creemos que únicamente nos está haciendo reír.
De la conclusión diré muy poco pues no quiero echarles el libro a perder. A cambio halagaré su brevedad pues en muy pocas hojas logra decir muchísimo al mismo tiempo que nos entretiene y nos hace reflexionar. He leído pocos autores que logran esto y, sin duda aluguna, Eduardo del Río es uno de ellos. Cualquiera puede leer este texto en cuestión de unas horas o de un par de días. Simplemente brillante y no necesitó mucho espacio para demostrarlo.
Terminaré diciendo que se lo recomiendo a los chicos que están en su segundo año de preparatoria, justo antes de su primera oportunidad de votar. Lo recomiendo a todo el que quiera un país libre y soberano. A todos los se nieguen o teman al cambio en cuanto a la política se refiere. En pocas palabras, se lo recomiendo a todos los jóvenes adultos y a los adultos maduros que festejan los eventos culturales y conmemorativos en nuestro país a pies juntillas sin cuestionarse qué otra cosa pueden hacer. Y, como siempre en este tipo de escritos, he de despedirme de ustedes con un ¡VIVA LA REVOLUCIÓN!(pero la de verdad, no el movimiento armado que lleva ese nombre y que no obtuvo resultado alguno).
Saludos enormes,
Como ya lo había dicho anteriormente, en la reseña de La droga que refresca, la especialidad de Rius son los libros satíricos en caricatura política. Así que, ¿qué hay más político que la Revolución en México? De esta forma, Rius nos dejó en su legado este increíble escrito llamado La revolucioncita mexicana. Desde ahí nos asegura que es un evento a su parecer menos relevante de lo que debería ser y no tan importante como se creía. Pero vamos por partes para no perdernos en el camino.
Iniciemos con las imágenes. Al ser caricatura política no podemos esperar obras de arte al por mayor, pero no cabe la menor duda de que las caricaturas de Rius siempre cumplen su función: la de entretener en cada página. Creo que lo más degustable de sus imágenes radica en el ridículo. No es una burla obvia en muchos casos y la mayoría de las veces el chiste o broma se comprende sólo entendiendo su contexto histórico. Es una broma inteligente por lo que, desde aquí, advierto que se debe tener cierto grado de conocimiento histórico para entender algunos chistes visuales. Eso sí, los libros oficiales de historia que nuestro sistema educativo nos pueden proporcionar no funcionan como fuente feaciente para comprender este tipo de sutilezas. Fuera de estos particulares cartuchos, creo ferbientemente que se reirán más de una vez durante la lectura.
En el sentido histórico es, desde luego, donde radica la riqueza del libro. Rios comienza centrándonos en un contexto social de la época, nos explica las carencias, la situación política (si es que se puede considerar que la hubo), y los cambios en las altas esferas que decantaron en lo que más tarde se conocería como "revolución". Para lograr esto, Rios nos dio una escasa bibliografía, aunque bastante concisa. Lo destacable del escrito y sus fuentes, sin embargo, radica en lo que yo he deonminado como "los archivos definitivos". ¿A qué me refiero con esto? Son las transcripciones y fotocopias de los planes tales como el de Ayala y los tratados que se hicieron en diferentes partes de México y Estados Unidos con el fin de mejorar la situación del campesino mexicano. Al ser transcritos de forma textual, son un dato importante a considerar y, al final del libro, en la conslusión de Rius, significan el mayor chiste de todo el texto. Pero intentaré no adelantarme o darles spoilers al respecto. Así, Rius vuelve a hacerlo, a educarnos y hacernos pensar mientras creemos que únicamente nos está haciendo reír.
De la conclusión diré muy poco pues no quiero echarles el libro a perder. A cambio halagaré su brevedad pues en muy pocas hojas logra decir muchísimo al mismo tiempo que nos entretiene y nos hace reflexionar. He leído pocos autores que logran esto y, sin duda aluguna, Eduardo del Río es uno de ellos. Cualquiera puede leer este texto en cuestión de unas horas o de un par de días. Simplemente brillante y no necesitó mucho espacio para demostrarlo.
Terminaré diciendo que se lo recomiendo a los chicos que están en su segundo año de preparatoria, justo antes de su primera oportunidad de votar. Lo recomiendo a todo el que quiera un país libre y soberano. A todos los se nieguen o teman al cambio en cuanto a la política se refiere. En pocas palabras, se lo recomiendo a todos los jóvenes adultos y a los adultos maduros que festejan los eventos culturales y conmemorativos en nuestro país a pies juntillas sin cuestionarse qué otra cosa pueden hacer. Y, como siempre en este tipo de escritos, he de despedirme de ustedes con un ¡VIVA LA REVOLUCIÓN!(pero la de verdad, no el movimiento armado que lleva ese nombre y que no obtuvo resultado alguno).
Saludos enormes,