Cuentos fantásticos

Cuentos fantásticos


Autor (es):
Leopoldo Lugones
ISMB: 84-95994-03-8
Género: Antología de cuentos
Editorial: Mestas
Número de páginas: 155 páginas
Saga: No es necesaria
Sinopsis: Los cuentos del argentino Leopoldo Lugones (1874-1938) son, sobre todo, fantásticos; son relatos en los que el misterio, lo inexplicable, lo mágico incluso, son el eje sobre el que gira todo. Su prosa es notablemente correcta y armónica, llena de bellas metáforas y muy influidas por el temperamento lírico del autor. Son cuentos coloristas, algunos de los cuales recurren a personajes históricos como Godofredo de Bouillon o Pedro el Ermitaño; otros, como "La mariposa", son pura fantasía y otros, como "Yzur", son la primera muestra de ficción científica de la literatura argentina. Lugones es, por lo tanto, una de las figuras literarias más notables que brillaron entre finales del siglo XIX y principios del XX:


Hola, mis queridos seres míticos. Sé que seguro les causa mucho ruido verme por aquí a estas alturas del año, con un dos por uno en la misma semana. Pero siento que este libro en particular no puede esperar. Ya fue mucho que pasara meses en el correo -pese a que se pagó la línea express- como para, encima, tardarme más en realizar esta reseña.

Para los que no me siguen en Instagram, este libro fue un regalo de cumpleaños de mi mejor amiga. Sin Angie no sería posible esta reseña. Te queremos, Angie. Me diste un poco de cultura, ya me tocará a mi devolverte el favor. Pero mientras tanto, vamos a la reseña.

Como en otras entregas de compilaciones de cuentos, me es algo complicado expresarme como debo. ¿Es posible, por uno o dos cuentos, decir que el libro es bueno o malo? Lo dudo, en realidad. Creo que el tipo de escritura puede ser o no de nuestro agrado, pero hasta ahí. ¿Por qué digo esto? Pues porque al inicio me enfrenté a una literatura por completo distinta. Es raro que un autor se tome el tiempo de hacer su prosa casi musical. Creo que sólo lo he visto en Rulfo, de ahí en más, es bastante complicado que ambas cosas compaginen. Sin embargo, Lugones logra algo semejante. Su libro es poético, musical. Tiene unas figuras retóricas que incitan a seguir leyendo. Hay cierta cadencia que agrada al lector desde el minuto cero de las páginas. No lo sé, es embriagador y, a la par, algo confuso. Algo que cautiva lo mismo que descoloca del lenguaje simple y llano al que nos tienen acostumbrados otros autores.

En la sinopsis se mencionan algunos géneros que se compilan en este libro. A ese respecto he de decir que, en su mayoría, son más bien cuentos de ficción científica. Esto me ha gustado mucho porque he visto demasiado poco al respecto en América Latina. Lo nuestro es lo fantástico. Sobre esto, tengo una gran queja qué hacer: Lugones no sabe jugar con el misterio. En un momento dice que algo es muy complicado de explicar y, tres palabras después, lo ha explicado todo. De la misma manera, no crea demasiada tensión en los finales. Pienso -sin afán de comparar- en un Edgar Allan Poe, que alargaba los momentos finales, aquellos misterios que estaban por revelarse, con la idea de desesperar al lector y obligarlo a mantenerse al filo del asiento. Lugones no hace eso, suelta la verdad llana. Sospecho que esto es, en parte, con la idea de hacer sus cuentos un poco más "creíbles", que ese pacto de verosimilitud entre los lectores y el libro no sea tan distante. Pese a eso, me hubiera gustado mucho más misterio, independientemente de su género.

Una de las cosas que más llamaron mi atención fue su fascinación por la cultura egipcia, los misterios que encierra y estas cosas extrañísimas que a todos causan ruido. Se nota que estudió la cultura, que no escribió sólo por escribir, sino porque el entorno y lo ahí estudiado le llamaron mucho la atención. 

En términos generales, recomiendo este libro a todo el que quiera cuentos cortos, concisos, y a la vez maravillosos. A aquellos que gusten de sorpresas y que no teman brincar de un género al otro de manera indistinta. Les advierto que esto hará que su cerebro trabaje más, que cambie la jugada y, por ende, el cause del pensamiento. Por otro lado, se trata de un libro corto con lenguaje bastante complicado, por lo que no lo recomiendo a nadie menor de 18 años o a los valientes de 15 con el diccionario en la mano.

Saludos enormes,







Mr. Holmes

Mr. Holmes

Hola a todos, mis queridos seres míticos. El año se nos viene encima y casi estamos en el 2024. ¿Ya van haciendo sus propósitos? Yo sí, pero todavía no es hora de que se los diga, mientras tanto, vengo con esta reseña que ha caído de sorpresa. ¿Sinceramente? La película llevaba eones esperando en Netflix por ser vista hasta que el día de hoy me animé y, ¿saben qué..? Mejor les cuento en la reseña.

Es necesario que comience aclarando que no se trata de la típica historia sobre Sherlock Holmes. Creo que, antes de esta película, sólo el cuento de Neil Gaiman en su libro Trigger warning, había mencionado un Sherlock de esta manera. 

Se trata no sólo de un genio, sino de un hombre al borde de la muerte, tanto mental como emocional. Es lo que hubiera pasado si Sir Arthur Conan Doyle hubiera seguido la saga y, no por ello, implica que sea malo. A veces, como especie, procuramos evitar estos momentos de la humanidad a la que estamos condenados, como si no fuéramos a envejecer nunca o como si no estuviéramos expuestos día con día a la posible muerte. Como sea, de manera general, nos topamos con un detective retirado que vive en una apacible casa lejos de todos. Watson se ha ido, lo mismo que el mayor de los Holmes y otros más a quienes Sherlock mismo tuvo que enterrar, así que lo encontramos por completo solo, incluso sin su tan preciada y paciente ama de llaves. Por si todo esto no fuera poco, también nos topamos con un hombre que está enfermo, cuya prodigiosa memoria ahora comienza a olvidar no sólo sus aventuras, sino los nombres de las cosas. El Alzheimer está a la orden del día y es un hecho que él lo sabe. Creo que, además de una gran ironía poética, también está el enorme hecho de que parece que la vida se burla del hombre, de su común arrogancia y sapiencia altanera.

Al inicio es complicado relacionar al icónico personaje de ficción con lo que estamos viendo. Sinceramente, parece más un simple anciano que camina cansado y lastimosamente que el vivaz detective que todo lo podía y sabía artes marciales. Sin embargo, una vez que nos acostumbramos a la idea, todo va de bien a mejor. 

En este punto es necesario que hable de los personajes. Además de Sherlock aparecen en escena, de manera permanente, su nueva ama de llaves y el hijo de la misma. Estos personajes tienen relevancia porque son los que le dan una especie de ancla, una suerte de cordura, además que el niño lleva el hilo de la historia. Es su petición de la última aventura del detective lo que hace que el mismo se ponga manos a la obra e intente recordarlo todo. A la par, el director del filme hizo un corte temporal dividido en tres. Está el tiempo presente, con el niño y el ama de llaves; el pasado del último caso, referente a la esposa de un hombre importante; y un viaje que hizo Holmes a Asia con la finalidad de encontrar pimienta que lo ayude a ralentizar la pérdida de su memoria. 

Una parte fundamental de la historia son los lazos que crea Sherlock. El principal es esta amistad rayana en el actual "bromance" que tiene con el niño llamado Roger. La forma en que comparten, la manera en que le enseña y el otro presta atención, me recuerdan mucho a lo que pasó en la película de "El Principito". Es algo paulatino, orgánico, del que ambos van aprendiendo. Por otro lado, está este afecto silencioso que tiene hacia su ama de llaves por la manera en que ella se empeña en ayudarlo pese a que, por momentos, ella misma desea correr lejos del anciano que cada día está más enfermo. Y, claro está, también hay lazos en el pasado, sobre todo el que forma con la esposa del hombre importante, mismo que no les describiré demasiado para no echarles a perder la trama y el porqué de esa situación. Como sea, se nota un Sherlock más humano, uno que suele recordar con cierto cariño y tristeza a sus viejos amigos, que menciona mucho a su hermano y a Watson, muestra clara de que las emociones suelen ganarle a la razón en lo que a él respecta. Y, claro, las múltiples "quejas" sobre las inconsistencias entre los libros del doctor y lo que Sherlock era en realidad. Esto causa cierta gracia a los que vemos el universo real puesto en esta ficción. Son guiños divertidos que tienen cierto grado de crítica a las películas y la cultura popular que hay en torno al mítico personaje.

Sobre las actuaciones, he de decir que la de sir Ian McKellen es GLORIOSA. Los momentos en que debe parecer un frágil anciano contrastan mucho con aquellos en que Sherlock todavía era funcional e independiente. Su trabajo actoral es muy bueno. Además, el chico que lo hizo de Roger se lleva las palmas en cuanto a carisma natural y a manera de proyectar una inocencia inteligente que pocas veces se puede ver en realidad. Me gustó mucho porque se nota que los actores y los personajes tenían química y eso hizo que el proyecto progresara.

Otra de las cosas que amé en esta película fueron sus paisajes. Si bien el trabajo de fotografía en cámara no fue particularmente bueno (se nota que no querían que fuera vistosa, sino entrañable), las locaciones fueron bellas y es un hecho que se puso empeño en que se sacara el mayor partido a las mismas.

De manera general, recomiendo esta película a quien sea que quiera una entrañable historia con un personaje conocido, a aquellos que deseen llenar el espacio vacío en el ocaso de la vida de este icónico detective. Si pudiera hacerlo en esta sección, este filme se llevaría cinco de cinco calaveritas.

Saludos enormes,