Cómo entrenar a tu dragón

Autor (es):
 Cressoda Cowell
ISMB: 978-607-39-3025-3
Género: Infantil
Editorial: Planeta Jr.
Número de páginas: 227.
Saga: 1/12
Sinopsis: Esta historia trata de fieros vikingos y espantosos dragones. Sin embargo, el protagonista ni siquiera parecía un vikingo y su dragón no habría espantaba nadie. Esta historia trata de un héroe que tenía todo... para no serlo.


¡Hola, mis queridos seres míticos! ¿Qué tal los trata la vida? A mi, en lo personal, me va bastante bien. Tanto que he tenido tiempo de terminar esta lectura, a la cual tenía muchas ganas de echarle el guante. Para mi fortuna, di con él y ahora, sin más qué agregar, les daré mi opinión sincera del libro. Puede que la reseña contenga SPOILERS, así que, si no quieren echarse por tierra el texto, les recomiendo que paren aquí y vayan a ver mis otras reseñas.

¿Continuaron? Bueno, vamos a eso.

La historia central no es como nos la dijo la película. Hipo sí es este chico promedio que sirve para poco o para nada en el contexto vikingo. Es escuálido, pequeñito, y en apariencia no tiene mucho valor. Hasta ahí, todo normal. La cuestión está en la trama general. En el poblado de Berk... las personas entrenaban dragones para que cazaran y pescaran por ellos antes de que Hipo apareciera en el mapa. En el entrenamiento que se les da, no se les pide que se deshagan de un dragón, sino que lo entrenen para obedecerlos y seguir indicaciones sencillas, como un cachorro que, por si fuera poco, es arrogante, engreído, prepotente y vanidoso. Esa es la trama real que nos da la autora. ¿Es mala la diferencia? La realidad es que no. No me parece que cambie demasiado la historia en términos prácticos.

Hay algunas cosas que me causaron ruido en diferencia con respecto a los personajes. Hipo me encantó porque lo siento todavía más asustadizo, pero también más valiente cuando se enfrenta a los dragones. Por si fuera poco, es alguien muy creativo que, aunque no le salgan bien las cosas a la primera, lo intenta de nuevo, y de nuevo. Lo que sea que se le cruce en el camino, procura resolverlo. 

Por otro lado, está Chimuelo. En la película vemos, en cuestión de minutos y con una secuencia divertida de las cosas, cómo evoluciona su relación con Hipo, cómo deja de lado su arrogancia y molestia, todo sin movernos de nuestro asiento. En este caso, la relación es más real, más orgánica. Para cuando termina el libro, este par está comenzando a trazar algo de confianza. Se puede decir que Chimuelo es un arrogante, altanero y sin corazón 190 páginas del libro. Es algo que creo que debemos tener en mente, por si queremos ver algo muy a lo DreamWorks, saber que no pasará.

Me gusta también una sutil metáfora que noté y que, creo, sólo los padres podremos comprender. Un dragón es como un niño. Es arrogante, es altanero, rompe las reglas, mastica todo, odia que le digan lo que tiene que hacer..., pero si te ganas su confianza para bien, también te ganas su afecto. Además, hay pequeñas referencias a clásicos como Hamlet. Presten particular atención a las cuestiones con los gusanos. 

Dejaré hasta aquí la reseña con una aclaración que he notado. Muchas personas adultas reseñan este libro con mentalidad de adulto y esperan demasiado. He visto que lo califican con baja cantidad porque creen que no es bueno. No hay que olvidar que se trata de un libro infantil y que, como tal, es un libro realmente bueno. No es excelente, como lo fue Percy Jackson, de quien ya hice una reseña, pero me parece maravilloso para comenzar a leer. Está, sin duda, en el rubro de Matilda o de Las brujas. Es por eso que se lo recomiendo a todos los niños que quieran el inicio de una maravillosa aventura donde se exaltan aspectos como leer (si no sabes leer, no sabes cómo puedes entrenar a un dragón), hablar idiomas (quien lea el libro me entenderá) y tener más inteligencia que músculo, ya que el cerebro también ayuda. Y, a los futuros críticos del libro, por favor júzguenlo desde la perspectiva de su lector ideal (el del libro, no de ustedes) y no como literatura para mayores.

Saludos enormes,