La historia general trata, para los que no la conozcan, de Alex y sus amigos, un grupo de cuatro chicos que van por la ciudad, en horas no acordes a su edad, haciendo destrozos por el mero placer de hacerlos. Sin embargo, todo sube de tono cuando, más allá de hacer un desmán, terminan con la vida de una persona. A partir de entonces, la vida de Alex no será la misma nunca más pues, como penitencia, debe someterse a la constante experimentación para poder "rescatarlo" de su condición.
Quiero comenzar hablando sobre los personajes o, en concreto, sobre EL personaje. Nuestro protagonista se llama Alex, un chico un tanto mimado por una madre indulgente y un padre despreocupado. Un chico con cultura que no sabe aprovechar y amante de la violencia. Entre más pura, mejor. Creo que este contraste lo que vuelve al personaje entrañable e interesante. Sé que regularmente digo que los personajes deben ser lo más parecidos a la realidad en la medida de lo imposible; pero es ese echo de que no parece para nada real lo que nos hace seguir leyendo. Por si fuera poco, el resto de la paleta de personajes secundarios son indudablemente igual de singulares. Cada uno aporta a la trama cierta característica que hace de "La naranja mecánica" un libro divertido dentro de todo y, sin duda, un texto interesante.
Respecto a la trama, les puedo asegurar que no leerán ninguna como esta. Más allá del mundo que nos presenta, me parece que es la crítica hacia la moral, hacia esa búsqueda de la perfección "buena", por llamarla de alguna forma, lo que hace de este libro algo digno de ser leído. Además, cuenta un poco con la situación que Mary Shelley nos expresaba en El moderno Prometeo: ¿es suficiente con crear las criaturas o es necesario darles algún tipo de formación humana? La verdad es que deja una incógnita que, hasta la fecha nos seguimos preguntando, para muestra Maquiavelo con su "¿el hombre es malo por naturaleza?". Básicamente eso es lo que esta novela intenta revelar, a su forma.
Admito que el ritmo es bastante lento. Más que nada porque uno debe volver las páginas hasta el apéndice donde nos explican el significado de ese lenguaje tan raro que usan los adolescentes de ese mundo inglés que nos presentan. Conforme uno se acostumbra al léxico, lo cierto es que el libro comienza a avanzar de forma casi natural y se vuelve más llevadero.
La imagen, he de admitirlo, es buena a su manera. No tiene una forma de "retratar" precisamente fiel, nunca describe demasiado lo que rodea al personaje a menos que sea estrictamente necesario. Pero, fuera de eso, me parece que el autor tiene una manera bastante particular y casi poética de retratar lo que ocurre en la vida de Alex y en su mente. El modo de tratar la narrativa tiene cierto encanto que, por lo menos a mí, me gustó mucho.
En términos generales ya para terminar la reseña, es un libro recomendando sólo para adultos. No contiene escenas demasiado fuertes pero me parece que la mente adolescente (sin ofender a nadie) no comprenderá muchas implicaciones morales que trata el libro. A grandes rasgos, un texto que debe estar en el estante de todos los adultos amantes de la distopía.
Saludos enromes,