Un mal principio

Autor: Lemony Snicket (seudónimo de Daniel Handler).

ISBN: 978-987-3820-67-0

Género: middle-grade

Editorial: Montena.

Número de páginas: 192.

Saga: Una serie de catastróficas desdichas 1/13

Sinopsis: Querido lector,

Siento decirte que este libro es extremadamente desagradable: cuenta la historia de tres niños con muy mala suerte.

Los hermanos Baudelaire son un imán para los desastres. Para empezar, sobreviven a un incendio terrible, se enfrentan a un ser malvado, codicioso y repulsivo, desmontan un complot para despojarlos de su fortuna ¡y se ven forzados a llevar ropa que pica!

Yo tengo la triste obligación de poner por escrito estos trágicos acontecimientos, porque soy el autor. Pero a ti nada te impide cerrar inmediatamente este libro y leer algo más alegre, si eso es lo que prefieres.

Con todo mi respeto, Lemony Snicket.

Reseña: Recuerdo que, a finales del año pasado, empezaron a publicarse varios trailers de Una serie de catastróficas desdichas (o de desafortunados eventos, según la traducción), me empecé a entusiasmar. Si bien la serie salió en enero, no fue hasta los últimos días de febrero que pude sentarme a verla, y puedo decir que me encantó con todas las letras. Así que se imaginarán cómo me puse cuando me enteré que estaba basada en libros. Lamentablemente, después de buscar por muchas librerías, descubrí que los libros no habían sido publicados en Argentina. Recién en julio de este año, PRH trajo los dos primeros libros, y bueno, acá estamos.

La historia gira alrededor de los tres húerfanos Baudelaire: Violet, la inventora; Klaus, el lector y la bebé Sunny, mordedora de prácticamente todo lo que ve. Estos niños perdieron a sus padres en un incendio, y son llevados por el ejecutor testamentario, el señor Poe, de sus padres a la casa del Conde Olaf, su pariente más cercano, pero una vez allí, descubrirán que las cosas pueden empeorar, sí, todavía más.

"Seguro que saben que cuando uno está en su propia habitación, en su propia cama, una situación triste puede mejorar un poco".

Los personajes son muy queribles, resulta imposible no simpatizar con los tres niños, con el señor Poe, Justicia Strauss o hasta con el malvado Conde Olaf, que tiene más protagonismo que en las sendas adaptaciones de la novela. Olaf es uno de esos villanos que cuesta odiar, sí es muy malo todo lo que hace, pero simplemente no puedo odiarlo.

Por más que este sea un libro middle-grade, por lo que se supone que está dirigido a niños de ocho a doce años aproximadamente, puede ser disfrutado totalmente por un lector de cualquier edad, y es más, en mi opinión, se disfruta más si estás un par de años por encima del lector promedio de MG, debido a que el libro utiliza un humor un poco sombrío, y algunas reflexiones del narrador se entienden solamente si ya pasaste por eso.

"Así, pues, a menos que hayan sido muy, muy afortunados, habrán experimentado sucesos en su vida que los habrán hecho llorar. Así pues, a menos que hayan sido muy, muy afortunados, sabrán que una buena y larga sesión de llanto a menudo puede hacerlos sentir mejor, aunque sus circunstancias no hayan cambiado lo más mínimo."

La narración es muy fluida, a veces me pasaba que miraba el número de la página por la que iba, y al par de minutos ya había leído diez más. O sea que este el ejemplo perfecto de libro que se puede leer fácilmente en una sentada, me atrevo a decir que hasta en una hora. 

La edición es HERMOSA: respetaron las portadas originales, cosa que me encanta, y tiene una ilustración por capítulo, cosa que me encanta todavía más. La traducción es muy buena también.

"Es una triste realidad de la vida que, cuando alguien ha perdido a un ser querido, a veces los amigos lo esquivan, justo en el momento en que su presencia es mucho más necesaria."

Para finalizar, recomiendo este libro a cualquier tipo de lector, es una lectura que todos pueden disfrutar, pero que quizás solamente aquellos con más experiencia de vida pueden comprender. Una vez publicada esta reseña me voy a poner con La habitación de los reptiles, segunda parte de la saga, así que los tendré al tanto.