Coco

Mis queridos seres míticos. De nuevo yo con una reseña, o casi. Sé que es extraño porque la escuela ha comenzado y se supone que no debería pasarme por estos sitios. Pero lo cierto es que, pese a la escasez de tiempo, siempre procuraré seguir haciendo lo que más me gusta: comentar libros y películas con y para ustedes. Pero bueno, entremos en materia que he de hacer una reseña que he deseado escribir desde hace mucho tiempo y no me había animado hasta el momento. En unas líneas más sabrán por qué. Como el título lo dice, esta entrada va de mi punto de vista sobre una película que ha cautivado a cientos de miles en todo el globo: Coco.

Comenzaré diciendo las cosas que más me gustaron de este filme. En primerísimo lugar, desde luego, están la animación y la fotografía. Se nota que los directores pusieron empeño en diseñar cada cuadro para que saliera perfecto. Desde los colores hasta los detalles, Coco es una película tremendamente bien planeada en términos visuales, cosa que se agradece como espectador. A este respecto no tengo nada de qué quejarme. Lo que es más, puedo agregar a las tres cosas que más me gustaron de la película también el color ya que acompaña a la visualización y forma parte principal de la fotografía a la hora de observarla.

La historia creo que fue bien escogida. ¿A qué me refiero con esto? Pues bueno, todos saben el gran fanatismo que tengo por esa fecha :2 de noviembre, día de muertos. Creo que no hubo otra mejor qué desarrollar. Además, el desgloce generacional que respalda la vena artística suprimida de Miguel creo que, para el público al que está dirigida, es algo relevante. Quizá a muchos no les ha pasado, pero otros siempre han tenido ese sueño oculto de ser cantantes o artistas y de alguna manera sus propias familias son los primeros críticos que no los apoyan. Me parece que Miguel es ese factor, uno que incluso se puede proyectar en los adultos que pudimos ver el filme. Esto es algo que me ha gustado mucho. Al menos para un niño que ve esa película, la idea de "seguir sus sueños y esforzarse por ellos", creo que es un punto positivo a enseñar a las nuevas generaciones. 

En este párrafo es donde comenzaré a destrozar un poco la película y, por ende, a quejarme de las cosas que no me han fasinado al respecto. Quizá muchos ya se imaginaban que mi primer punto en contra sería la música. Ni más ni menos. El soundtrack original, la canción de Remember me me pareció en serio muy buena, o por lo menos la versión acústica que canta Miguel al final para su abuela Coco. Además de la escena entrañable, la canción suena muy bien y tiene una letra que me ha encantado, más que cualquier cosa, por su mensaje. No habla de un amor romántico, no habla de un amor imposible entre dos personas adultas que quizá involucren sexo a la larga. La canción es sobre un amor básico que sólo se entiende cuando se tienen hijos (biológicos o adoptivos). Nada se va a comparar a verlos crecer y caerse, a ver sus logros y sus fracasos. Eso es lo que Héctor expresa en esa canción. No hay deseo, no hay afecciones que terminen con besos en los labios. Es un amor puro de un padre hacia su hija en el momento de una partida involunatria para buscar algo mejor. Es sólo eso. Y creo que esa simple canción hizo que a todos se nos pusiera la carne de gallina en un intento de no llorar. Un aplauso a esa canción. 

Pero en contra parte, tengo otra canción que, personalmente y por mi cultura, es un ícono que vi ofendido en esta entrega. Me refiero nada más y nada menos que a La llorona. Yo la conozco en voz de Chavela Vargas y es simplemente magnífica. Esa mujer no tenía la mejor voz pero el sentimiento hace de la melodía una digna de ser conocida. Es por eso que, lo que hicieron en la película, me ha ofenido personalmente a mí también. Sé que muchos dirán que lo mejor es modernizarla para que comience a gustarles a las nuevas generaciones pero mi pregunta en respuesta a eso (aunque sea de mala educación) es: ¿por qué no mostrarles nuestras raíces tal y como son? ¿No es mejor que se enamoren de lo que es nuestra cultura a que la conozcan por medio de una distorción terriblemente mala? En lo personal, creo que la Llorona original hubiera sido mucho mejor. Sería más México que ese intento de pop que procuraron poner.

Lo que me lleva a más quejas respecto a este evento. Aquí abro un paréntesis para aclararle a mi compañero de clase (él sabe quién es y no pondré su nombre porque no es tan importante para ello) el por qué creo que plagiaron al Bifrost. Pues bien. Creo ferbientemente que las personas encargadas de hacer esta película investigaron mucho sobre mi cultura. Sí, MÍA. Pero no hicieron suficiente. Tengo varios ejemplos para darme a entender. Comenzaré con el puente de cempasúchil. ¿A alguien más le pareció el Bifrost de Thor? Mi cultura dice que esa flor nos acercará a nuestros muertos pero, ¿no era mejor visto, como mexicanos, habernos limitado a hacer que los muertos aparecieran en el cementerio gracias a la planta? Y, en todo caso, si dejamos eso para que sea vistosa la película, ¿cuándo en su vida han visto en México -y en cualquier parte del país -una estación central tipo la Grand Central en Nueva York? ¿Dónde rayos metieron a Mictlantecuhtli? ¿Desde cuándo el mitlan -inframundo nahua -está tan modernizado que cuenta con scaners de huesos? ¿Dónde rayos está mi cultura en todo eso? Yo sólo veo una extención más de Estados Unidos metiendo sus narices en México. Para demostrar mi punto tengo otra, si quieren la última para no extenderme demasiado en quejas, prueba de que Hollywood se perdió mucho en el camino hacia mi cultura: la ciudad a la que llega Miguel. Eso parece las Vegas. Eso parece incluso las favelas en Brasil. Todo menos un pueblo pequeño o una ciudad grande y real en México. No parece, ni siquiera, un cielo general y sin religión alguna. Este aspecto parece mínimo, pero a mi ver dentro de él se pudo mostrar más de mi cultura.

Ya casi para terminar, sólo me queda hablar de lo que sí se puso. De los maravillosos, mágicos y a la vez venerables nahuales -nuestros guías espirituales al mitlan -, o de Frida, que fue maravillosa (aunque no la retrataron con sus dolencias, mismas que la hicieron todavía más increíble). Dentro de todo, de todas mis quejas, se agradece enormemente que una persona extranjera se haya tomado el tiempo de investigar y crear algo que muestre al mundo un poco de lo que nosotros somos. A veces los mexicanos mismos no notamos lo mucho que tenemos y necesitamos que alguien más nos preste atención para volver la vista a lo que siempre ha sido nuestro. Es triste pero es cierto. Así que, dentro de toda mi queja, agradezco que hayan levantado una celebración que comienza a olvidarse lentamente.

Así, no me queda más que recomendársela a todos. A los que tienen hijos y a los que no. A los que son de México y los que son extranjeros. A todos aquellos que quieran una maravillosa aventura con un poco de cultura que jamás nos hace daño. Si tuviera que calificarla con calaveritas, creo que le daría cuatro. Así de buena está pese a mis quejas. 

Saludos enormes,



Bloggscritores 5 y 6

Mis queridos seres míticos. Con esta entrada terminamos la iniciativa de Bloggscritores. Es por eso que hemos dejado las últimas dos entradas para este momento, además de por varios problemas que se nos presentaron a la mayoría de las participantes el mes pasado. Por lo demás, como cada mes desde hace seis (parecen menos) aquí estamos, algunas con más retraso que las otras pero al final todas publicando con el fin de entretenerlos un poco y dar nuestros blogs a conocer. 

¿Qué puedo decirles sobre esta iniciaitva? Principalmente, que me ha encantado, que me ha hecho ver el otro lado de la moneda. Nosotros siempre estamos intentando calificar los textos que llegan a nuestras manos, esta vez fue nuestro momento de ser las creativas, de poner el cerebro en marcha y ser, aunque fuera por un momento, medianamente juzgadas por nuestros lectores. A todas mis compañeras les agradezco enormemente su participación, sus ganas y su entrega, sus maravillosos escritos. Porque, creánme que los leí todos aunque no todos los comenté por falta de tiempo. Lo más seguro es que haga una segunda lectura y procure comentar en esta ocasión. 

Sin más qué decirles, me dispongo a mostrarles mis dos últimos relatos, mismos que espero sean de su agrado. Para estas dos últimas palabras tenemos: VIDA y ESPERANZA. Diviértanse.

Luz

Una esfera. Había comenzado siendo una pequeña esfera que se volvieron dos y luego tres. Eso le gustaba. Comenzó a contarse, a sentirse y pensarse, a hacerse parte. No había nada mejor que ser algo, pasar de ser nada, pasar de ser átomo, a ser ese algo sin forma que ya se identificaba como un eso. Él era un eso. Era el primero de los esos. Estaba completamente seguro pese a que en realidad no podía estarlo. ¿Qué tal si no era un eso, qué tal si era un todo? No se lo cuestionó en ese momento, no pensó en nada porque en realidad no podía pensar absolutamente nada. Era simple materia, una que creía ser, pero quizá simplemente no era. No se podía observar, no se podía pensar, pero creía que existía. Era, definitivamente, un eso.

Un día comenzó a pensarse. No podía sentirlo, pero sí podía pensarse. Estaba seguro de que podía hacerlo. De que no se veía, de que no se sentía, pero que se pensaba. Que era materia, aunque fuera gris, pero materia al fin. Eso y una cola, una especie de extensión extraña que lo había aydado a llegar al sitio donde se encontraba en ese momento, mucho tiempo antes de ser eso, cuando era un simple aquello sin estar completo. Ya se completaría solo. Ya lo haría como los otros esos que le hablaban tranquilamente. No es que pudiera escucharlos o que sintiera sus vibraciones a través de su lugar seguro, pero tenía la certeza de que le hablaban. Una certeza ciega, una fe que ninguna religión podría definir, identificar ni igualar nunca. Era un eso que pronto comenzaría a ser algo, como el resto.

Poco tiempo después, en algún momento sin que se diera cuenta cuándo, comenzó a sentir aunque no sabía lo que era sentir. Era como si de pronto tuviera un ser, tuviera un aparato con qué sentir. Era redondo. Pero no exactamente redondo. Era redondeado en algunos puntos, era medianamente más grande que su masa original. Estaba donde su cola había estado. La recubría, la protegía. ¿Tan valiosa era que necesitaba protegerla? Eso parecía. Sin duda era necesario. En su cola estaba su yo, su eso. Definitivamente era importante. ¿Era su cola lo que lo hacía sentir? ¿O era su masa gris? Quizá ambas. Intentó pensar, por primera vez, y pudo darse cuenta de las cosas. Los algos fuera de su lugar seguro le llamaban. Podía ver las sombras pasar sobre su lugar seguro, obscurecer por momentos la semipenumba. ¿Veía? ¿Estaba seguro que veía? Parecía que sí, eran esos orbes frente a su masa los que le daban el poder de observar todo eso a su alrededor. Se concentró en eso, en aprender formas, en ver sin colores, en comenzar a pensar. 

Se observaba las manos a través de la espesa penumbra. Eran estrechas, como de rana. Incluso a eso mismo le daba algo de asco, algo de preocupación, las membranas que unían una falanje conla otra, que las mantenían en forma, siempre cerca y a una distancia considerable. Membranas, eso era todo membranas y él mismo lo sabía. Era todo flujos, todo pedazos, todo materia gris y espinazo. Todo partes superpuestas mientras el tiempo pasaba. Pronto comenzaría a ser un algo. Eso estaba seguro.

Un día sintió hambre. No sabía lo que era el hambre, pero sabía que lo sentía justo frente a su espinazo, a su cola, debajo del enséfalo. Observó la conexión que lo unía a su algo portador. Era su Algo. Y, como si alguien leyera sus recientes pensamientos, el conducto comenzó a fluir, a llenarse de alimento -fuera lo que eso fuera- y a saciar un apetito que no sabía cómo clasificar. Y al siguiente momento escuchó. Era una voz profunda y grave que resonaba por todo su lugar seguro. Tenía un ritmo particular, una tonada que le gustaba, con notas superpuestas y afinadas, siempre afinadas. A Eso le gustaba ese sonido, esa voz profunda y por momentos rasposa. La catalogó como un Algo externo. Un Algo que aseguraba en los momentos más obscuros dentro de su lugar seguro que lo protegería siempre. No comprendía el motivo pero Eso se sintió completamente seguro ante esa voz. Además estaba su Algo portador. Una voz más aguda, menos penetrante. Esa voz se escuchaba como si la tuviera dentro, lo hacía vibrar entero cada que se presentaba.

La obscuridad y la luz se alternaban en su semipenumbra. Las voces de los Algos iban y venían. Catalogó a su Algo portador y a Algo protector como cercanos mientras que el resto de Algos iban y venían sin ton ni son, siempre tocando su lugar seguro. ¿Es que su Algo portador no les ponía límites? Era como si quisiera que todo el mundo lo conociera, como si estuviera orgulloso de su existencia. Porque sí, ahora podía existir y sentirse bien al respecto. Existía y pronto dejaría de ser un eso para convertirse en un algo. Sabía que lo haría, aunque no comprendía el como.

Un día, sin avisar, luego de cambios y más cambios, de aumento de peso, de voces extrañas que sólo se escuchan una o dos veces durante determinados momentos, eso lo siente. La primera en percibirlo, claro, es Algo portador. Se quejó de dolor mientras eso corroboraba desde su lugar seguro que se había puesto en movimiento y temblaba cada tanto. Sin duda Eso tenía tanto miedo como Algo portador, pero ambos tuvieron que ser valientes. Mientras el evento ocurría, Eso se dio cuenta de un aspecto importante. Dolía. Todo a su alrededor dolía. Era como si su lugar seguro sufriera y eso sufriera junto con el lugar. Se quejó, pateó e hizo un esfuerzo enorme por salir. Quizá el lugar seguro estaba enfermo. Tal vez lo razonable era salir y buscar otro sitio mejor. Con toda la tristeza del mundo, la pesadez de los miembros que no podían ser todavía controlados y un miedo irracional a lo que fuera que estuviera afuera, Eso se dispuso a empujar con sus piernas casi recién adquiridas. Y se percató de una cosa. Afuera le esperaba la vida, y lo más seguro es que sufriría hasta no quererla más, que le dolería física, emocional y mentalmente. Tuvo la seguridad justo en ese momento que era sólo el inicio. Que le esperaban pesares, hambrunas, desvelos, enojos, intentos de distracción. Pero también le esperaban alegrías, sonrisas fáciles, miradas significativas y a veces definitivas, le esperaban amores, ver a sus hijos crecer, realizarse como Algo dentro del mundo.

La vida. Tras esa luz que ya se avecinaba mientras sus pequeñas piernas daban el último empujón con toda la fuerza posible, Eso tuvo la certeza de que de eso se trataba la vida. Que eso, definitivamente, era vivir...


FIN.


Mi amiga Pan

Pan fue lo primero que vi al salir. Se puede decir que fue mi primera amiga real pues mis hermanos simplemente se limitaban a existir a mi lado. Mira que vivir tanto tiempo dentro de una jarra no es divertido. ¿Has intentado estar dentro de esas cosas? Huele a humedad, a moho y años de abstinencia de todo. Estar ahí dentro era un caos entero. Muchos dicen que es peor que el Tártaro mismo. Supongo que debería preguntárselo a Kronos para estar segura. Pero no es el tema. El punto es que esa jarra era terrible y debía agradecerle a Pan en su momento, o lo habría hecho de haber conseguido la libertad. Aunque tampoco es que tuviera demasiado tiempo de hacerlo. En un momento la jarra estaba sin tapa y todos mis hermanos se empujaban entre sí para ser los primeros en salir. Es por eso que yo tuve que quedarme. Todos me lanzaron atrás, incluso mi hermana gemela. Simplemente tomó sus cosas y se largó sin mirar atrás. Para cuando me di cuenta de nada Pan había puesto la tapa de nuevo y yo me había quedado completamente sola dentro. 

Al principio supongo que fue divertido. Tenía la jarra para mí sola. No había necesidad de discutir por espacio y ni hablar del caos de emociones que podía haber cuando todos estábamos despiertos. Fue más sencillo, mucho más sencillo. Así que los primeros 500 años se me pasaron como agua. Me entretuve de lo lindo viendo los espacios de mis hermanos, los estragos que habían dejado en sus paredes personales, sus recuerdos plasmados en los laterales de la jarra. Fue emocionante, incluso. Era mi sitio. Como ya dije, de haber tenido oportunidad, le habría agradecido a Pandora, pero apenas y pude verle las pestañas.

¿Que cómo es ella? Bueno, supongo que ha cambiado con los milenios pero al menos yo recuerdo que era baja, cabello entre castaño y oscuro, ojos enormes de pestañas gruesas y llamativas y una cara de tonta que no podía con su alma. Es por eso que abrió la jarra. Si quieres que alguien eche algo a perder dile que no lo haga. Nunca falla. Pan lo demostró.

Pero hablábamos de mis años en soledad. Volvamos al tema. Decía que los primeros 500 años fueron maravillosos. No había ruido. No estaban mis hermanos gritando por todo. No había nadie feliz hasta la locura, o molesto hasta el cansancio y ni hablar de los depresivos hasta el hueso. Era un silencio absoluto que yo podía romper a placer o mantener durante eones. Puedo decir que ni siquiera los echaba en falta. Me alegraba de que ellos estuvieran fuera, de que tuvieran una vida con los mortales y todas esas cosas. Seguro que se divertían atormentándolos, haciéndolos cambiar de opinión, recurriendo a las cosas más básicas para contradecirlos a sí mismos. Justo pensaba en eso cuando la segunda mitad de mi primer milenio llegó a la jarra. ¿Qué tal si se estaban divirtiendo demasiado? Yo ya había visitado todos los murales, todas las pertenencias restantes de mis hermanos; no tenía nada más en qué entretenerme dentro de la jarra. Comenzaba a envidiarlos. Quería salir y ver lo que ellos veían. Quería conocer a los mortales y atormentarlos también. De pronto la jarra me parecía claustrofóbica. Quería salir, sentir el aire, oler las cosas. No me importaba si los mortales eran desagradables, quería conocerlos. Lloré muchas veces, lo admito, sobre todo porque podía escuchar voces llamándome a gritos desde fuera. Eran los mismo mortales que me pedían como si necesitaran más de mí que de mi gemela. ¿Podía ser eso posible? No lo dudaba. Ella, para los mortales, era vana, era simple, era sencilla. Me aclamaban a mí. Y sin embargo, yo no podía dejar mi recinto. Luego de que Hefesto la creara, Pan me dejó sola para siempre y no volvió a abrir mi prisión. Imploré a Zeus por ayuda, mas se negó en redondo a escucharme y, si lo hizo, me ignoró olímpicamente. ¿Entendieron el chiste? Bien, sigamos.

Con el tiempo me fui acostumbrando a la oscuridad, a la soledad nuevamente. En algún punto de los años simplemente me acostumbré a escucharlos en la distancia, a separar los lamentos de las oraciones. Una puede escuchar demasiadas cosas, demasiados pensamientos, pero todos se reducen a las mismas ideas. Los mortales tienen la felicidad sin darse cuenta y se niegan por completo a observarla de frente. E incluso cuando lo hacen le temen en grande. Así que me piden a gritos, como si todavía quisieran buscarla. Se ciegan de manera voluntaria y fingen que no ven a mi hermana para poder llamarme en la distancia. A veces me pregunto si no estarán todos locos. Ella está ahí, afuera junto con el resto. ¿No creen que a la felicidad es un mal? Quizá en un inicio no lo es, pero se ha convertido. Es eso que todo mortal persigue pero que pocos se atreven a tomar en sus manos. La felicidad los aborda y ellos le dan la espalda para seguir sufriendo. Sí, prefieren a otro de mis hermanos. Es como si Zeus en persona les hubiera dicho que ese era su destino, que eso era lo justo. ¿Será realmente lo justo? Quizá no. Quizá simplemente es lo nomral para ellos. Mis hermanos han estado tanto tiempo a su lado que ya no saben ubicarlos y diferenciarlos. 

Pero he desvariado mucho en todo esto. Ni siquiera les he dicho mi nombre. Lo haré por el mero placer de pensar que alguno de ustedes es, pequeños mortales, lo suficientemente inteligente para reconocerme. Mi nombre es Elpis y los sigo esperando, a todos esos que me invocan e imploran, a todos los desesperados. Sigo en la misma jarra, en el mismo sitio en donde, tal parece, siempre estaré.

FIN.

¿Qué les parecieron mis divagaciones? ¿Les han gustado? Yo me he divertido mucho escribiéndolas pese a que me ha costado un montón desarrollarlas. De ahí el retraso. Lo siento muchísimo. Igual espero que ambos relatos hayan compensado la demora. De momento es todo de mi parte. Como siempre, espero verlos en los comentarios y que me digan si les parecen bien o si debo mejorar ciertos aspectos. Y recuerden pasar a los blogs de mis compañeras de aventura:


Saludos enormes,


El castillo de Otranto

Autor (es): Horace Walpole
ISMB: 978-847-7025-917
Género: Gótico, tantástico
Editorial: Valdemar
Número de páginas: 227 páginas.
Saga: No.
Sinopsis: El castillo de Otranto es considerada la novela que da inicio a la literatura de terror gótico, dando paso a un género literario que fue muy popular a finales del siglo XVIII y principios del xix. La primera edición de esta novela se presentaba como una traducción hecha a un texto impreso en Nápoles en 1529 y que fue descubierto en la biblioteca de una antigua familia inglesa, el cual derivaba de una historia aún más antigua, datada en la época de las cruzadas. A partir de la segunda edición se empieza a reconocer a Walpole como autor del mismo. El castillo de Otranto desarrolla los hechos en la Italia medieval, y nos presenta la historia del tirano Manfredo, cuya familia arrastra una maldición desde que su abuelo robara el poder del castillo a sus legítimos dueños.


Mis queridos seres míticos. El día de hoy vengo a ustedes con un libro clásico que me crea enormes contradicciones a la hora de recomendárselos. ¿Por qué? Bueno, ya lo averiguarán más adelante. Pero comencemos a ir por partes para dar estructura a estas ideas. De lo contrario, no tengo la seguridad de cómo va a terminar esta entrada. Aviso que, por cuestiones de tiempo no me he podido sentar a escribir penúltima entrada de Bloggscritores pero prometo que la tendrán antes de que finalice la semana que comienza. Entonces, vamos a eso.

Comenzaré por decir que es uno de los primeros -sino es que el primero -libros góticos conocidos. Ni más ni menos. Hasta el momento El castillo de Otranto lleva ese título nobiliario. Pero, ¿qué lo hace un libro gótico? Pues bien, en primerísimo lugar, el entorno. Este libro me gusta un tanto por eso. Desde el inicio se nos presenta un ambiente oscuro, misterioso y preocupante. Por alguna razón yo me lo imagino un poco en algún pueblo de Inglaterra donde hay un castillo enorme siempre rodeado de niebla que entorpece la visibilidad y se traga la luz del día. Además, tiene ese ser mágico que uno nunca ve y que, de ver, es inexplicable. Aquí, principalmente, me parece que es donde recide su temible goticidad (dudo que exista esta palabra).Hoja a hoja su autor nos pinta un lugar siniestro en el que fácilmente se puede creer que exista la magia. No hay manera de perderse, no hay manera de salirse de ese mundo en que Walpole nos hace vivir con poca pero buena descripción. Aquí aclaro que no tiene una fotorgrafía épica, que sus escenas no contienen pelos y señas -como decimos en mi país -sobre los aspectos físicos de cada personaje; pero es un hecho que el autor concentra su atención en darnos pistas y describir situaciones que ayudarán en el desenlace del misterio..., si es que se considera resuelto para muchos de ustedes. 

Ahora bien, sobre los personajes es donde siento que tengo un poco de problemas. En este momento, en este 2018 en que vivimos, podemos considerarlos demasiado cliché. Son los clásicos personajes que hacen las cosas esperadas dentro del "guión". Pero el asunto es este: El castillo de Otranto ES el arquetipo. Todo lo que ahora consideramos cliché salió de este libro. Pensándolo de esa manera, en que antes de este no había otros textos cuyos personajes reaccionaran así, me pienso dos veces la perspectiva de prejuzgarlo como cliché. Es un poco complicado, lo admito, pero una vez que uno procura sacarse todas esas ideas preconcebidas puede percibir los inicios de un género que ha sido, desde hace mucho tiempo, leído por tantos al rededor del mundo. Es aquí donde las actitudes de los personajes se tornan algo más llevadero, algo más normal y, dentro de todo, arquetípico. Incluso, si no quieren tomarse el tiempo de imaginar que no han leído nada igual, de borrar de su disco duro todo lo aprendido; les recomiendo que lo vean como el paciente cero, que también se vale. Vean de dónde salió cada aspecto que vieron en tal o cual libro que le siguió en la historia. De esta manera es sencillo entender los desmayos de las damas ante situaciones alarmantes, los encuentros del destino que son muy oportunos para la trama y las ausencias o apariciones propiamente reguladas. 

Ya casi para terminar, porque esta reseña será tan corta como el libro mismo, quiero tratar el tema de su lectura. Desde la forma de leerlo, que es sencillísima y no tiene pierde (excepto en una que otra palabra arcáica que uno ha de buscar para ubicarse en tiempo y espacio), hasta el hecho mismo de que es tan corto que yo, al menos, lo leí en mi camino a casa de dos horas desde la escuela. Simple y sencillo. Es una lectura ligera, dentro de todas las "complicaciones" que se le puedan encontrar. No se necesita invertir demasiado de tu día en este escrito maravilloso para enterarte de todo el novelón que Walpole tiene para nosotros.

Terminando con este post, le recomiendo el libro a todos aquellos que quieran una aventura que preocupe desde sus primeras hojas, a todos los que quieran un clásico de los pies a la cabeza. Eso sí, les repito que han de tener en mente que mucho de lo aquí escrito son cosas que probablemente, como lectores, hemos leído en otro lado. Pero, lo más relevante a mi ver, es leerlo con esa idea de que este fue el primero en su clase, que tienen ante sí al pionero de muchas historias que disfrutamos en la actualidad. Como pueden ver, para este siglo, Horace Warpole nos dio un libro que se vende más por el romanticismo de su pasado y origen que por las primicias que puede aportar. No por esto significa que no valga la pena, se los garantizo. En fin, se lo recomiendo a todo el que quiera saber del origen de las historias de miedo y misterio y los reto a que descubran cuáles de sus autores favoritos también tuvieron en algún momento de su vida (y quizá alabaron a Warpole como nosotros lo hacemos con ellos) un ejemplar de este autor.

Saludos enormes,




Mil veces hasta siempre

Autor: John Green.
ISBN: 9789871997305
Género: young adult, contemporáneo.
Editorial: Nube de Tinta.
Número de páginas: 304.
Sinopsis: Aza nunca tuvo intención de investigar el misterio del multimillonario fugitivo Russell Pickett. Pero hay una recompensa de cien mil dólares en juego y su mejor y más intrépida amiga, Daisy, no está dispuesta a dejarla escapar.
Así, juntas, recorrerán la corta distancia y las enormes diferencias que les separan del hijo de Russell Pickett, Davis. Aza lo está intentando. Trata de ser una buena hija, una buena amiga, una buena estudiante y, tal vez, incluso una buena detective, mientras vive en la espiral cada vez más estrecha de sus propios pensamientos, una y mil veces hasta siempre.
En este esperado regreso, John Green, el aclamado y premiado autor de Bajo la misma estrella y Ciudades de papel, nos cuenta, con una claridad desgarradora e inquebrantable, la historia de Aza en esta brillante novela sobre el amor, la resiliencia y el poder de la amistad para toda la vida.

Reseña: Mil veces hasta siempre es la más reciente novela del que quizás sea el escritor más famoso de los últimos años, John Green, autor de libros como Buscando a Alaska, Bajo la misma estrella o Will Grayson, will grayson. Yo como lector tengo una relación... digamos complicada con el bueno de John: Bajo las misma estrella fue uno de los primeros libros que leí ya como hobby y en su momento me encantó, después, hace como dos años, me prestaron Buscando a Alaska y ya mis sensaciones no fueron tan buenas, pero ahora creo que si lo volviera a leer me gustaría mucho más, porque considero que hay que haber pasado por algunas cosas para enfrentarse a ese libro. Por último, el año pasado leí Will Grayson, will grayson, novela que escribió en conjunto con David Levithan y que me gustó bastante. Así que a finales de 2017, cuando salió a la venta Mil veces hasta siempre, me decidí a comprarlo, pero no fue hasta estos días que lo pude leer.

La historia nos ubica en la ciudad estadounidense de Indianapolis, y tiene como protagonista a Aza, una joven adolescente que sufre de TOC combinado con ansiedad e hipocondría, la obsesión de una persona que siente y afirma tener una enfermedad grave. Junto a ella nos encontramos a Daisy, su mejor amiga de siempre, fanática de Star Wars y escritora de fan fictions. Un día, se enteran de que el multimillonario local Russell Pickett desapareció y que hay una gran recompensa por cualquier información que ayude a encontrarlo. Resulta que Aza conoce al hijo de Russell, Davis, de un campamento al que ambos concurrieron en su infancia, y así es como inicia el que por ahora es, bien peleado con La lógica inexplicable de mi vida, el mejor libro que leí en lo que vamos de año.

"El problema de una espiral es que si la recorres, en realidad nunca acaba. Se estrecha infinitamente."

Personalmente me sentí muy identificado con Aza, debido a que el año pasado sufrí, y de hecho todavía tengo algo de ansiedad e hipocondría. Pero por suerte he aprendido a controlarme a mi mismo, yendo al gimnasio, leyendo o simplemente jugando alguna partida de un juego online, además de que mi caso no es nada grave comparado al de Aza, quien asiste a una psiquiatra y está medicada. Quizás por esta identificación me cueste un poco ser objetivo con la reseña, cosa que de por sí se nota, porque nunca hago párrafos tan largos jaja.

Obviamente, como todo libro de Green, el libro está narrado en primera persona, cosa que ayuda a sentir más cercano e identificarnos más con Aza, creo que es muy realista y que puede ayudar a que la gente aprenda lo que verdaderamente significa la ansiedad. Y también aprecio que John Green haya escrito un libro sobre el tema, porque la ansiedad es algo que afecta a prácticamente la mayoría de la población en general, más que todo a los adolescentes, pero aún así no es un tema que se trate mucho en la literatura YA; a repaso rápido solamente se me vienen a la cabeza este y Sólo quedó nuestra historia, de Adam Silvera, libro del que leí muy buenas críticas y me gustaría leer en un futuro. 

"Suelen decir que una línea separa claramente la imaginación de la memoria, pero no existe esa línea, al menos para mí. Yo recuerdo lo que he imaginado, e imagino lo que recuerdo."

Otro personaje con mucha importancia es Davis, que es un chico que tiene toda la riqueza material que uno se puede imaginar, pero su madre falleció años atrás y no tiene una buena relación con su padre. Es alguien que realmente intenta comprender a Aza, y en cierto modo lo consigue. El romance es algo que está presente en la trama, pero el libro no gira alrededor de él, cosa que a mi me gusta, porque no se siente para nada forzado y podemos apreciar una buena construcción de la relación. 

El final quizás peque un poco de previsible, pero creo que es el mejor posible. Es un poco triste, pero tiene su lado reflexivo, que una vez más, nos hace plantearnos muchas cosas sobre el saber disfrutar y también sobre el hacer frente a las adversidades y de esa forma seguir adelante.

"Toda pérdida es inédita. Nunca puedes saber cómo sufre otra persona, en realidad no, del mismo modo que tocar el cuerpo de otra persona no equivale a tener el cuerpo de otra persona."

En mi opinión, y a falta de releer Buscando a Alaska y de leer El teorema Katherine y Ciudades de papel, Mil veces hasta siempre es el mejor libro de John Green, es uno que visibiliza de una excelente y acertada forma el tema de la salud mental en los adolescentes, tiene una hermosa historia, se lee muy bien, y nos deja montones de frases y metáforas para reflexionar sobre nuestro día a día. Este es uno de esos libros que recomiendo no solo a cualquier lector, sino a cualquier persona. Y para aquel que esté sufriendo de ansiedad, TOC o cualquier problema de salud mental, quiero que sepas que hay salida, siempre hay salida.

Para cerrar y como dato de color, este es el libro número 100 que leí y a la vez esta entrada es la número 300 del blog, parece que a este libro le gusta destacar (?). Así que les dejo un par de frases más que resalté en el libro, porque las tres que suelo poner me parecen pocas en este caso, disfruten.

"Las espirales se hacen infinitamente pequeñas si las recorres hacia dentro, pero infinitamente grandes si las recorres hacia fuera."

"Y el problema es que cuando pierdes a alguien, te das cuenta de que al final perderás a todo el mundo."

"Eres el fuego y el agua que lo apaga. Eres la narradora, la protagonista y su compinche. Eres la que cuenta la historia y la historia que se cuenta. Eres algo de alguien, pero también eres tu tú."

Mary Shelley

¡Mis queridos seres míticos!

No sé si muchos de ustedes se habían enterado pero, hace relativamente meses (o un mes) salió una película basada en la vida y creación de Mary Shelley. Para los que no la conocen, esta mujer es una maravillosa autora de un libro por muchos aclamado y por otros envidiado: El Prometeo moderno. Tristemente, sé que en este punto otros tantos despistados siguien sin saber quién rayos es Mary. Pues bien, se los reduciré a una simple palabra: Frankenstein. Así mismo, Mary fue la autora original del libro que a muchos nos ha dejado pensando y a otros tantos ha aterrado. Aquí les dejo el trailer para los que no han tenido la oportunidad de verla todavía. 


No les contaré mucho más de la historia de esta mujer porque sería contarles la película entera y no tiene mucho sentido. Por eso, mejor, he pensado en hacerles una reseña al respecto. Espero que la disfruten tanto como yo haciéndola. Pero entremos en materia.

Comenzaré con la fotografía porque, lo admito totalmente, me ha gustado mucho. De verdad que hicieron un buen trabajo respecto a eso. No es demasiado oscura, al menos no es una forma física, pero sí que lo es por los probables simbolismos que se pueden observar. La forma en que se puede presentar un cementerio, un murmullo entre dos personajes cuyo entorno representa su propia decadencia. Quizá me estoy yendo a los extremos y los encargados de la fotografía no hicieron más que crear imágenes medianamente buenas. Pero al final del día lo que se puede apreciar es realmente bueno y se agradece con creses.  Visualmente hablando es algo que gusta y atrae de principio a fin. 


Respecto al cast es donde comienzo a tener algo de problemas. No con la protagonista, aunque estoy bien seguro que pudo haber sido mejor; sino por los papeles secundarios. Sobre todo el de su marido, me pareció que pudo haber sido mejor ocupado por otra persona. El chico llena la retina, pero no el papel. Se nota a primera vista que es el factor visual de la situación lo que pretende atraer a las nuevas generaciones aunque el actor no tenga demasiado talento. Al final del día lo entiendo pues Hollywood jamás dejará de ser una simple empresa más en busca de capital. No es el tema de momento. Así pues, creo que los papeles comienzan algo flojos pero van cobrando fuerza. De hecho, hay una chica de Game of Thrones (no sé su nombre, siempre los olvido) que interpreta a Arya y tengo la seguridad enorme de que pudo haber sido una mejor Mary Shelley que la chica Fanning. Pero bueno, al menos diré que no se arruinó del todo el papel. 



Sobre el mismo tema de la interpretación pero haciendo referencia a otros menesteres, he de decir que llegó un punto en que la trama se tornó meramente adolescente. Quizá tengo demasiado arraigado el patrón dado por Orgullo y prejuicio, pero no me entra en la cabeza que dos chicos que se pretenden en esa época vayan por la vida manoseándose enfrente de las hermanastras. Tal vez era, también, que los acotres al inicio no tenían demasiada química en pantalla. Lo más seguro es que haya sido todo una enorme alucinación mía. El punto es que esa parte particular de la película no fue de mi agrado. Siento que no estaba del todo justificado ese romance vulgar dentro de la cinta. Lo que no ocurre con las escasas escenas eróticas (o intento de) que vienen después en la cinta. 

Por último, diré sin dar detalles que su final es muy bueno. Como es de esperarse al estar basada en hechos reales, cuenta lo que sucedió con esas personas. Además, tiene el agregado de frases que calan hondo y nos rememoran al mismo Prometeo moderno. A partir de la mitad de la película en adelante se nos entrega todo ese existencialismo mezclado con la responsabilidad de dar vida. Aquellos que, como yo, son padres, entenderán de lo que hablo. Tarda, pero termina de esa forma oscura, perturbadora, que nos deja un extraño sabor de boca, un regusto a moralidad y abandono mismos que podemos encontrar en el escrito de Shelley. Toma fuerza conforme avanza la trama y se nota la evolución de los personajes.

Como datos extra tenemos la mención de dos autores que simplemente no pueden pasarse por alto, además de una obra emblemática (precursora de Drácula) llamada El vampiro. Creo que este dato, estas pequeñas sutilezas, para alguien que en serio disfruta de las historias de terror y fantásticas, son cualidades que atrapan al espectador. Es por eso que se la recomiendo a todos los que hayan leído El Prometeo moderno pues, de lo contrario, se perderán de muchos detalles esenciales para entender a Shelley, su comportamiento en algunos momentos y lo que la llevó a crear esta gran obra. Es una película para pasar el rato pero garantiza entretención, en pocas palabras. 

Saludos enormes,


La droga que refresca

Autor (es): Eduardo del Río (Rius).
ISMB: 978-607-429-148-3.
Género: Caricatura política.
Editorial: DeBolsillo.
Número de páginas: 87 páginas.
Saga: Una gloriosamente larga.
Sinopsis: La droga que refresca. Es el producto comercial más conocido y vendido en todo el mundo; es el mayor símbolo del imperio norteamericano; gracias a ella el mismísimo Santa Claus se hizo famoso... en fin, se trata ni más ni menos que de ¡la chispa de la vida! Claro, nos dice Rius con este libro, su vida sería otra... otra mucho más saludable.
Como siempre, el gran maestro morero ha resumido en estas páginas kilos y kilos de información sobre este brebaje que, al igual que las cajetillas de cigarros, debería exhibir en su envase la leyenda: "Este producto puede ser nocivo para su salud". Explica Rius: "La razón de este librajo: el estudio socio-político-cultural-filosófico-económico-histórico y ¡nutricional! del famoso producto llamado Coca-Cola (y porquerías pepsimilares)".


Mis queridos seres míticos. Hace mucho que no me pasaba a escribirles. Ya saben que hemos estado teniendo algunos problemas técnicos con las imágenes del blog, pero no se estresen, jamás los abandonaré. Poco importa ahora porque el día de hoy vengo, ni más ni menos, que con reseña. Como lo leen, una que le quiero agradecer a mi proveedor de revolución, Bob el Minion, por prestarme sus libros de Rius uno a uno (como biblioteca). Además, quiero dedicar esta reseña a otro gran amigo que hace días se comunicó conmigo para presionarme sobre las reseñas, Neidan, esta va por ti y espero que te guste. Como siempre, estamos dispuestos a recibir sus comentarios, quejas, dudas, sugerencias y amenazas de muerte. Y, sin más qué agregar en las cosas que nada tienen que ver con la reseña, pasemos a ella.

Comenzaré diciendo que jamás me planteé la posibilidad de leer un libro de este tipo. Quiero decir, he leído muchos comics en mi vida, novelas gráficas (que no son lo mismo), y libros ilustrados; pero nunca había leído caricatura política extendida. Supongo que esta es la manera de llamarlo: caricatura política extendida. Es por eso que me parece justo y necesario iniciar esta reseña con la caricatura del hombre en cuestión. En pocas palabras diré que no para el fin al que está dedicada, la caricatura es muy buena. Rius sabe cómo resaltar los defectos de los personajes. En mi persona produjo esa especie de necesidad de investigación para delucidar algunos aspectos de personajes conocidos. Me fue necesario ir a Google y buscar imágenes de las personas para poder ver si sus defectos eran demasiados o estaban bien resaltados. Claro que también existen otros muchos aspectos meramente culturales a sus agregados, como colas de rata y esos asuntos. Nada de lo que quiera escribir justo en este momento. Pero sigamos con la imagen. Es divertida y sagaz. Está toda en blanco y negro y en ningún momento es necesario pararse más de dos segundos la lectura pues muchas veces las mismas imágenes nos llevan a los datos relevantes que Rius nos quiere comunicar en sus libros.

Ahora sí, pasemos a algo más interesante: el lenguaje que maneja este individuo. Rius es sarcástico en cada página. No hay otra manera de decirlo. Se vale de imágenes (obviamente) y comentarios tales que producen risa en el lector. Eso es un aspecto que me gustó mucho. Además usa palabras muy de México, muy de "rancho" o "pueblo". No por minimizarnos como cultura, sino para demostrar un punto que justo ahora no aclararé porque no es el tema. Lo que sí nos concierne es que podremos ver el lenguaje de la gente común, ese hijo de vecino cualquiera que nos lleva de la mano para hacernos reír y reflexionar al mismo tiempo. Esto hace del libro una cosa totalmente llevadera, maravillosamente llevadera. Sus libros son todos muy cortos. Creo que ninguno pasa las 120 páginas, y es gracias a su humor y su forma de escribir que parecen todavía más cortos. No pasarás más de una tarde leyendo alguno de ellos a menos que, como yo, quieras admirar cada detalle de sus dibujos para reírte un rato todavía más largo. 

Respecto al tema tengo unas cuantas cosas que decir. Principalmente que Rius supo escogerlo perfectamente. Es un tema controvercial si se ve desde el punto que él lo expone. Mientras vas leyendo comienzas a cuestionarte tus razones para ingerir esa sustancia. ¿Es realmente buena? ¿Puedes sustituirla con algo más? ¿Cuál es el punto de que la tomes si es tan cara en comparación con otras cosas, como hacerte tus propias aguas de frutas? Rius comienza a jugar con nuestra mente exponiendo datos de los que hablaré en un párrafo exclusivo del tema. Pero siguiendo con su tema principal, Rius sabe cómo poner los puntos sobre las íes y, lo que es más, sabe por qué hacerlo. Quiero decir, muchas de las ideas y opiniones ahí expuestas son totalmente ciertas una vez que se razonan. Claro..., para eso primero hay que razonar. 

Hablando de los datos que expone, hay algo que me gusta muchísimo de este libro: Eduardo del Río es tan amable de poner las imágenes fotocopiadas de muchos carteles de épocas anteriores para respaldar lo que está diciendo. Además, en ocasiones pone incluso las fuentes de donde ha sacado dicha información. Eso sí, la mayor parte del tiempo habla al aire, no lo niego, porque no cuenta con una bibliografía en forma que el lector pueda consultar a la primera de cambios. Pero al menos habla de archivos, fechas y nombres particulares que sí que pueden ser rastreados en este mundo llamado internet. Todos estos elementos me ayudaron a comprender un poco más el punto del libro, además de que te da una sensación de realidad (porque no digo que todo lo expuesto aquí sea real a pies juntillas) que se aprecia de principio a fin.

En conclusión, ya que Rius la tiene también, puedo decirles que es un texto que he disfrutado y que me ha encantado de inicio a fin. Es divertido, inteligente y educativo. Todo lo que una persona puede querer. Y de forma todavía más personal les he de decir que no volveré a tomar un refresco (de ningún tipo) en mi vida. Llevo una semana limpio y el plan es mantenerme así recordando a Rius cada que tengo antojo. Es un libro que vale la pena con creses por el mensaje que deja, lo que es una sorpresa en la literatura de mi país. Se lo recomiendo a todo el mundo, o al menos todos aquellos que ya estén en la preparatoria porque un niño no llegaría a comprender el impacto real de algo como una simple soda (o refresco de cola). Quizá así comencemos a tener un mejor lugar para vivir. 

Saludos enormes,








P.S. Le daría 6 calaveritas, pero no tengo la imagen.