Mis queridos seres míticos.
El día de hoy vengo con toda la alegría del mundo a presentarles una entrevista que nos ha concedido el autor de la novela Pídele papeles a Santa Simpa, Martín Zeke Ochoa, quien amablemente se ha puesto en contacto con nostotros a través de la red social Goodreads para charlar un rato. Sin más preámbulo, les dejo la entrevista al completo.
Antes que nada quiero darte las gracias enormemente por ponerte en contacto conmigo para facilitarme el ejemplar. Sé que es realmente difícil desprenderte de algo que te ha costado mucho, más si no obtendrás demasiado a cambio. Por si fuera poco, la lectura fue totalmente gratificante. Ahora si, entrando a lo nuestro, me parece que necesito preguntar lo inevitable: ¿En realidad existen todos esos personajes? Quiero decir, muchos de ellos son personas sumamente peculiares y me da una curiosidad enorme saber si realmente existen ese tipo de personas tan increíblemente geniales en el mundo.
La historia la presento como ficción autobiográfica. La mayoría de las historias están inspiradas en hechos reales. Son la excepción aquellas que pudieran implicar alguna falta a leyes vigentes en el territorio español, las cuales son todas mera ficción, claro está. Los personajes parten, también, de personas reales que he tenido el gusto de conocer durante el período que ha inspirado la historia. Ahora, hay que decir que en el relato son descritos de una forma deliberadamente subjetiva. Nadie es como es, sino como este narrador los ve. Y hay en este regodeo en la mirada algo del restrego al que te someten los gatos. No te piden mimos tanto por el placer de ser acariciados como por el que tendrán más tarde, cuando te hayas ido a trabajar, y al lamerse puedan regodearse en el olor de tu piel.
Me resulta curiosa tu observación, sobre si de verdad existe gente, como dices, tan peculiar, porque la verdad es que no lo eran, ninguno de nosotros lo éramos. Solo éramos un grupo de jóvenes emigrantes pasando por un período decisivo en nuestras vidas. Volviendo a tu pregunta: creo que lo que nos hace particulares no depende tanto de nuestras posibles virtudes como del calor de la mirada que nos acaricia.
Más allá de todos estos increíbles personajes y de lo mucho o poco que tenga de real la autobiografía de ficción, dinos ¿cuál fue el origen del libro? ¿Comenzó siendo un diario que llevabas con frecuencia o, anteriormente, tenías la idea de escribir un libro?
Comenzó como un diario. Sentí la necesidad de llevar una bitácora de mi día a día y empecé a tomar notas en cuadernos de espiral. La única regla que me impuse fue la de sólo tomar notas cuando me encontrase en movimiento. Andando por la calle, en una parada de autobús, en el banco de un parque o de una estación. El retrete de un baño público también puede convertirse en un estupendo escritorio de campaña. La idea era captar la vivencia en el mismo momento en que está ocurriendo. Aunque sea con letra garrapateada, y frases sin terminar. En realidad nunca me propuse escribir un libro, los acontecimientos me pidieron ir llevando un registro de mis vivencias y estas finalmente acabaron convirtiéndose en una novela.
Supongo que esta va a ser una de esas preguntas cliché de todas las entrevistas a los autores conocidos pero, no puedo evitar preguntarme ¿qué es lo que te gusta leer y por qué? Háblanos un poco de tus influencias y lo que te llevó a crear ese estilo tan único que tienes.
Leo de todo pero sí que es cierto, creo yo, que hay unos pocos autores a los que les debes esa primera osadía de querer publicar lo que has escrito. En líneas generales lo único que pido a los libros que me conmuevan, que me obliguen a descubrir cuales son mis límites y, sobre todo, que me recuerden la necesidad de actuar.
Me gusta especialmente la ficción, lo vivencial y los autores que consiguen unir ambas cosas para llegar a una ficción nacida de la experiencia directa. Destaco a una “familia” de autores que se influenciaron unos a otros y que me marcaron como lector hasta el punto de hacerme escribir, creo yo. Empiezo por el Dostoyevski de Humillados y ofendidos, y el Máximo Gorki de Los Vagabundos: escritores que, a su vez, influenciaron al autor de un librito titulado Hambre, de un tal Knut Hamsun, que fascinará a un empleado de correos neoyorkino llamado Henry Miller, y le inspirará sentarse a escribir, tratando de imitarlo, y a dejar familia y trabajo para lanzarse a una vida de paria en Europa, (reflejada en Trópico de Cáncer). Allí conocerá a una tal Anaïs Nin, que lo retratará en su Henry y June, y a Blaise Cendrars: aventurero bohemio y manco de la primera guerra, autor de 30 libros escritos con la mano izquierda y de unos cuantos textos considerados de escándalo en la época. Gracias al comentario que Miller hace de él en Los libros en mi vida (1963) llegamos a la prosa incendiaria de: He matado (J'ai tué), y de las novelas de trinchera: La mano cortada (La Main coupée) y El hombre fulminado (L'Homme foudroyé), y al diario de un alemán que renuncia a su ciudadanía del Tercer Reich y se muda a vivir a un velero en mar abierto en donde iza su propia bandera (Quest, de George Dibbern). Leyendo a Cendrars llego a Jean Giono, escritor de la Francia rural, encarcelado por pacifismo, y autor de Un rey sin diversión (1946). Y ya sin relación alguna, (aunque no se puede saber), competo la lista con el más actual Abdel Hafed Benotman, Argelino residente ilegal en Francia, ladrón de bancos, exconvicto y autor de una docena de novelas que, me temo, aún no han sido traducidas al español.
En las solapas del libro, no recuerdo ahora cuál, aparece que es parte de una saga. Sin dar muchos adelantos, háblanos un poco de lo que viene para el libro, de los planes que se tienen y si tendremos una evolución todavía más notoria en los personajes.
Te puedo adelantar que habrá una secuela con vínculos a Santa Simpa pero presentada como una historia independiente. La idea es que cada una se pueda leer por separado, o en un orden distinto, sin que por ello vaya a afectar al trasfondo de la historia. Por lo demás, sólo puedo adelantar que el protagonista intentará profundizar hasta las últimas consecuencias el que fuera el desafío central planteado en el primer libro: cómo transformar el horror cotidiano en combustible para llegar a lo que él llama "la iluminación". Un éxtasis nihilista al que accede cuando decide ir en contra de todas las normas establecidas.
Ahora, la pregunta del millón, ¿planeas seguir escribiendo? Me refiero a algo diferente cuando termines la saga, si ves el ser escritor como un medio de vida viable.
Sí, claro. Tengo otro libro en mente, en el que sigue la misma voz narrativa pero ahora desplazada a un país no occidental. El soporte literario sigue nutriéndose de lo autobiográfico por lo que el proyecto dependerá de si soy capaz de vivir y adaptarme a una cultura totalmente distinta a la mía o no. De momento es todo lo que puedo adelantar.
Sobre tu segunda pregunta, probablemente no, al menos en mi caso, no es la edición la que me paga el guiso. Pero, de cualquier forma, diría que del proceso literario lo que realmente importa son los libros, los problemas que pasen sus autores para llegar a ellos creo que son secundarios. Actualmente, hay una tendencia muy fuerte a llevar el proceso creativo a una lógica utilitaria en donde se asume que conseguir el mayor impacto en el menor tiempo posible es sinónimo de éxito, y en literatura, muchas veces, ese es el camino directo a la intrascendencia. Creo que los libros que, a la larga, más apreciamos no son los que nos dan lo que pedimos sino aquellos que nos acercan a lo que necesitamos.
Volviendo a tu pregunta: como escritor el único medio de vida viable que veo es poder seguir escribiendo por el placer de hacerlo, más allá de las calamidades que uno tenga que pasar en el proceso.
¿Tienes algún mensaje para todos esos seguidores que se multiplican cada día más? Y ¿qué consejo podrías darle a las personas que, como tu, han batallado en la vida y piensan que no puede suceder algo grande?
De agradecimiento. El hecho de poder compartir lo que publicas con otras personas es, sin duda, la mejor parte de este oficio. Gracias al libro he tenido la oportunidad de conocer la opinión de muchísima gente. Sus comentarios hacen que cambies como autor y eso se refleja en lo que escribes más adelante, y a la vez esperas que el encuentro con tu libro consiga también modificar a los lectores de alguna forma. Es un círculo virtuoso.
No me siento con autoridad para dar consejos pero a quien piense que en su vida no puede suceder algo grande, le diría que deje de pensar y que cuando lo logre, que pare un segundo y mire a su alrededor. Si consigue hacerlo y no siente vértigo de ver tantas cosas grandes, ocurriendo todas al mismo tiempo, es que le hace falta echar otra mirada con un poco más de atención.
Ahí lo tienen, ni más ni menos, el autor de un buenísimo libro respondiendo a una corta entrevista, la cual agradezco enormemente porque sé que estás ocupado y aún así te has hecho tiempo para responder largamente a cada una de mis preguntas. Para todos aquellos que quieran más respuestas, no duden de dejar las preguntas y nosotros se las haremos llegar a Martín. Como siempre, esperamos sus comentarios y nos seguimos leyendo.
Saludos,
0 Comments:
Publicar un comentario