El sr. Penumbra y su librería 24 horas abierta


Autor (es):
Robin Sloan
ISMB: 978-84-9918-588-0
Género: Young adult
Editorial: Roca Editorial
Número de páginas: 237 páginas
Saga: No
Sinopsis: "Dentro, imaginaos la forma y el volumen de una librería normal vuelta sobre un costado. Era un lugar ridículamente estrecho y vertiginosamente alto, cuyas estanterías llegaban hasta arriba: tres pisos de libros, quizá más. Torcí el cuello (¿por qué las librerías resultan siempre tan incómodas para los cuellos?); los estantes se difuminaban suavemente entre las sombras, de tal modo que parecía que no tuvieran fin. Todos estaban atestados, y tuve la sensación de encontrarme en el lindero de un bosque. Pero no de un amable bosque californiano, sino de uno viejo de Transilvania, repleto de lobos y brujas y bandidos con puñales, agazapados donde la luz de la luna no los alcanza. Colgadas de las estanterías, había unas escaleras que se deslizaban hacia los lados".


Hola a todos. Yo de nuevo por aquí antes de que termine el año. ¿Qué tal los ha tratado la navidad? Espero de verdad que San Nicolás les haya traído cuanto deseaban y que todo haya salido a la perfección. Pero más que nada, deseo que este año que termina les deje un buen sabor de boca. Recuerden que no siempre todo lo que termina es mala noticia. Como sea, el día de hoy vengo de nuevo con una reseña de un libro que llevaba en mi librero al menos dos años y que me animé a leer por fin. Así pues, sin más preámbulos, comencemos.

Debido a que la sinopsis que aparece en la contraportada del libro no dice mucho del mismo, comenzaré por contarles un poco sobre la trama. 

Resulta que, durante la crisis económica de Estados Unidos cercana a la primera década de los 2000, un chico llamado Clay perdió su empleo, de manera que tomó el primero que pudo: como encargado del turno nocturno de una librería abierta 24 horas. Hasta el momento, todo normal. Lo realmente interesante llega cuando se da cuenta de que existe algo semejante a una biblioteca aunado a la librería. La misma sólo tiene unos cuantos clientes regulares que parecen formar parte de un club particular, una especie de club de lectura cerrado al que nadie puede acceder porque una de las normas para obtener el empleo es, literalmente, que no abra ninguno de los libros que pertenecen a la biblioteca que Clay conoce como catálogo remoto. Aquí es donde comienza la parte divertida porque nuestro protagonista, como cualquier chico joven, siente curiosidad de conocer qué rayos pasa en esta tienda, quiénes son esos clientes y qué rayos están leyendo.

Respecto a los personajes tengo mucho qué decir así que intentaré no irme por las ramas respecto a esto. Pues bien, el protagonista, como ya dije, es Clay. Se trata de un hombre joven e inteligente, independiente, que vive en el mundo real, de la manera en que tiene que hacerlo. Es centrado, sabe lo que quiere pero... como a todos nos ha pasado en algún punto de la vida, tiene dificultades para conseguirlo. No se rinde pese a que el camino no es sencillo ni mucho menos, lo intenta. Si bien cuando lo conocemos en la librería está fluyendo con la corriente en la medida de lo imposible para no decaer económicamente y terminar en quiebra, la realidad es que se presenta como un personaje bastante optimista. Algo que me gustó mucho de Clay es que se es inteligente más no es un genio. Tiene deficiencias y muchas de ellas las resuelve con su creatividad, con "ser un pícaro" de contiendas, tal como él se describe de manera frecuente dentro de la historia. Esta manera de ser es lo que le granjea buenas amistades. Varias de ellos genios en sí mismo, todos en distintas ramas. Está Mat, su compañero de departamento, quien es un genio con las manos y puede hacer efectos especiales gloriosos. Está Kat, con quien tiene una corta relación dentro del libro, quien es genio computacional y trabaja en Google. Está Neel, genio de las finanzas y de la animación corporal digital. Si bien todos ellos son tan humanos como Clay mismo, resulta reconfortante ver que, al final de cuentas, tienen deficiencias, que la vida también les pasa por encima, que no siempre están contentos o en condiciones de seguir las opiniones de las mismas personas que consideran sus amigos y, sin embargo, procuran mantener un diálogo que no termina en pelea campal. En este sentido adoré que el libro no contenga nada de relaciones tóxicas ni ideologías supremacistas que procuran sobreponerse a las demás. Hay una convivencia armónica dentro de los personajes, una tolerancia real pese a las creencias y orígenes de cada uno. Hay polifonía al menos en ese aspecto porque, lo reconozco, a veces en los diálogos no existe mucho de eso. 

Ahora bien, hay algo que me parece muy importante mencionar y explicar pero para lograrlo iré con calma. Se trata de esta contradicción... de este choque. Por un lado está Clay con sus amigos tecnológicos, por el otro está Penumbra y su club secreto de libros físicos que adoran el olor de las hojas y el tacto de las mismas. De igual forma, está Clay haciendo una maqueta en 3D de la tienda del señor Penumbra a la vez que aprecia juegos a lo Calabozos y dragones, además de una saga de libro muy parecida al Señor de los anillos. Se trata de una cosa conflictiva que, extrañamente, en lugar de molestar, alienta. Es una especie de llamado a que no existe esta contrariedad en realidad, que todo está en nuestras mentes, que puede coexistir el pasado con el presente, entremezclarse, formar parte el uno del otro y no por ello estar mal. Lo viejo y lo nuevo se unen, lo análogo y tecnológico también, para sacar lo mejor de las cosas que nos rodean. Creo que esto es una constante en todas las escalas, en todos los sentidos. En los libros, en la manera de tratarlos, en la búsqueda misma de la hermandad que se descubre poco a poco entre las páginas de esta novela. 

Sobre las cuestiones técnicas tengo poco qué decir. Se trata de un libro dividido en tres partes que, a su vez, se dividen en capítulos muy cortos y fáciles de leer. Tiene un lenguaje sencillo y, lo que puede parecer muy técnico, nos lo explica el protagonista mismo debido a que el texto aparece en primera persona del tiempo presente. Lo único que podría reclamar es las cuestiones del latín. En lo personal no me fue una molestia, pero pienso en personas externas leyendo este libro y, seguramente, teniendo problemas para entender los espacios y mensajes que están en esa lengua. 

Por último, para no hacer el cuento más largo, le recomiendo el libro a todos los que quieran un gran misterio por resolver junto a una increíble y maravillosa aventura llena de magia, misterio, tecnología y amistad. 

Saludos enormes,