ISMB: 978-607-07-3120-4
Género: Crónica
Editorial: Diana
Número de páginas: 121 páginas
Saga: No la necesita
Sinopsis: "... le pedí a Luis Alejandro Velasco que me describiera la tormenta que ocasionó el desastre. Consiente de que la declaración valía su peso en oro, me replicó con una sonrisa: 'Es que no había tormenta'. La verdad, nunca publicada hasta entonces, era que la nave dio un bandazo por el viento en la mar gruesa, se soltó la carga mal estibada en cubierta, y los ocho marineros cayeron al mar. Esa revelación implicaba tres faltas enormes...".
Mis queridos seres míticos. Yo de nuevo por aquí para poder cerrar el año en paz, con más lecturas terminadas. El día de hoy les traigo un maravilloso libro de un conocidísimo autor colombiano, ganador del premio Nobel a la Literatura, ni más ni menos, que el amor de nuestras vidas, Gabo, también llamado Gabriel García Márquez. Así que, sin más, comencemos.
Pensaba que a esa hora
alguien estaba mirando la Osa Mayor
en Cartagena, como yo la miraba en el mar,
y esa idea me hacía sentirme menos solo.
Luis Alejando Velasco, Relato de un náufrago (compl. Gabriel García Márquez).
Diana, Ciudad de México, 2da ri., 2017, p. 41.
Es necesario que aclare algunas situaciones para que puedan, de lleno, meterse en la lectura. Este párrafo se lo pueden saltar los que sepan de qué va el libro y el porqué se escribió. Pues bien, se trata de la compilación de una crónica/relato que García Márquez escribió en 14 entregas para El Espectador, un periódico de Bogotá, Colombia, en el año de 1955. De manera que las personas y eventos aquí mencionados, en realidad ocurrieron. Pueden ir a Googlearlo, cosa que yo hice, y hay todo tipo de reseñas e incluso fotografías del marino en cuestión y sus amigos que cayeron al agua junto con él en ese momento. Hasta aquí, todo normal. Sin embargo, es necesario que mencione otro par de cosas. La primera es que el barco en el que iban, que era militar, llevaba contrabando de Estados Unidos. El segundo es que el gobierno de la época solía reprimir a la prensa y todo lo que tuviera que ver con evidenciar al gobierno. Así pues, en esas circunstancias, no sólo fue escrito este texto, sino que también fue publicado.
Siempre encontré un recurso para sobrevivir,
un punto de apoyo,
por insignificante que fuera,
para seguir esperando.
Pero al sexto día yo ya no esperaba nada.
Yo era un muerto en la balsa.
Ibid., p. 67.
Bien, ¿de qué va la historia? Pues Luis Alejandro nos cuenta, en primera persona, los días de embarcación tras salir de Estados Unidos, los días navegando, sus diez días de naufragio y cómo fue que llegó a tierra y fue tratado por las personas. Para ilustrar la situación, que puede parecer poca en papel, en mi edición se adjunta un mapa con la ruta que siguió el barco, el punto exacto del accidente y el camino que siguió la balsa del náufrago hasta el punto donde por fin tocó tierra de nuevo. Hasta este punto la historia parece demasiado sencilla, entonces, ¿porqué este libro gusta tanto a las personas?
Uno de los principales motivos por el que Relato de un náufrago agrada tanto, es porque se narra de una manera rápida, cadenciosa y entendible. Su lenguaje es sencillo y puede hacer de un simple tiburón el ser más maravilloso del mundo. Además, claro está, por todo el trabajo periodístico que García Márquez hizo para poder lanzarlo al público. Por si fuera poco, también es relevante y la gente lo lee por el mero morbo de pensar en las consecuencias que pudo tener para el escritor colombiano y el marinero compatriota después de aparecer en el periódico. Sin embargo, aquí a mi me entraron un par de dudas al respecto que se ven reflejadas, principalmente, en qué tanto editó o escribió el mismo García Márquez. Según él afirma, Velasco era un gran narrador; pese a eso, siento que muchas de sus frases son demasiado rebuscadas, demasiado poéticas, para pertenecer a un ciudadano promedio de la clase trabajadora. Claro que eso no demerita en nada la historia y todo lo ocurrido, sólo que, a mis ojos, lo descarta hasta cierto punto de la idea de autobiografía. De cualquier manera, no deja de ser un libro maravilloso.
No sentía sed ni hambre.
No sentía nada, aparte de la indiferencia
general por la vida y la muerte.
Pensé que estaba muriendo.
Y esa idea me llenó de una
Ibid., p. 89.
Respecto a los personajes no tengo nada qué decir debido a que es un testimonio. El "personaje" principal se nota auténtico y uno llega a empatizar con él porque, al final de cuentas, es completamente real. Respecto al resto, me agradó que hizo un intento por humanizarlos, por volverlos parte de nuestro entorno, de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea y rodea la situación en que aparecen. Intentó volverlos personas y no sólo nombres sobre papel. Se agradece muchísimo.
Creo que es todo lo que tengo que decir del libro en sí porque lo que más me causa ruido viene en mis recomendaciones. ¿A quién se lo recomiendo? A todas las personas que quieran una gran aventura relatada de una bella manera. A los profesores que quieran darle a leer algo a sus alumnos, claro, no sin antes mencionarles toda la historia y empaparlos un poco de lo ocurrido. A las personas que entiendan el contexto histórico y encuentren el valor periodístico retratado en este escrito. En general, se lo recomiendo a quien quiera leerlo y saber un poco más de la vida de una persona que luchó hasta la muerte y de regreso por volver a tocar tierra firme.
Saludos enormes,
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