ISMB: 968-13-1547-2.
Género: Novela.
Género: Novela.
Editorial: Diana.
Número de páginas: 378 páginas.
Saga: No.
Sinopsis: La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradiciones. Pero este tiempo -por una vez sucesivo, y no circular-, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcilla que la mano del maestro moldea y con las que fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los jugos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.
Mis queridos seres míticos. ¿Por qué no había reseñado este libro? ¿Cuándo rayos planeaba ponerme a reseñarlo? No tengo la más mínima idea y eso es preocupante. No sé cómo es que se me pasó o cómo es que no lo hice antes, pero aquí la tienen, la reseña de El amor en los tiempos del cólera del glorioso Gabo García Márquez. Sí, sé que febrero todavía no se acerca, pero lo creo justo y necesario. Así pues, comencemos.
Las imágenes que nos plantea el autor de este libro son muy buenas. Y no siempre por su belleza, cosa que es agradable para el lector. No se trata de un cuento de hadas donde todo reluce de bello. Márquez sabe encontrar debajo de toda la suciedad un encanto realista que no demerita las mismas imágenes en ningún momento. Puede describir el sexo sudoroso con una desconocida lo mismo que el andar casi musical de el amor de nuestra vida. Esta manera de contraponer dos escenas sin perder la magia o ese trato de verosimilitud es uno de los mayores aportes del libro. Para muestra su comienzo con el doctor, su manera de aparecer y sobre todo, el aparente protagonismo que le da a ese perico que habla francés. Este tipo de detalles parecen cómicos pero, a ratos, hace que el lector se sienta dentro del libro. Claro que, esto es sólo la punta del iceberg.
Luego vienen, de la mano de todos esos paisajes, los personajes, mismos que saltan de las páginas a cada tanto. Tenemos un doctor a quien todos creen buena persona pero que, como el resto del mundo, cuenta con un pasado lleno de secretos, errores y problemas. Luego está un hombre romántico que esperó medianamente casi toda su vida a una mujer que lo cambió por órdenes de su padre y conveniencia. Este, sobre todo, es un personaje clave pues vemos sus errores de primera mano, estamos presentes en muchos de ello (varios que tocan la moral regular humana, cosa normal dentro de la literatura de García Márquez. En este punto varios de ustedes ya saben a qué me refiero si han leído Memoria de mis putas tristes). Y para rematar en este triángulo amoroso básico, tenemos a la mujer por la que esos dos hombres pelean -uno como esposo y el otro como enamorado de la infancia-. Una mujer que es fuerte, que enfrenta las cosas como se debe porque así la educaron. Creo que muchas mujeres mayores se van a sentir proyectadas en Fermina o encontrarán a algún pariente en ella. Personalmente, encontré a más de una mujer conocida en este personaje.
Todo esto se conjuga en una trama bien planteada. Creo que García Márquez se tomó su tiempo para trazar cada espacio, cada "capítulo" dentro de este libro. Eso tampoco es novedad, claro. Dentro de sus escritos nada es fortuito. Pero bueno, decía que se toma su tiempo. Eso se nota en la forma en que comienza el libro. No se puede decir que comienza por el final pero sí que lo hace por un evento que lo cambia todo. Luego retrocede al inicio -infancia- de los personajes y remata con el final. Es una especie de juego temporal que se extiende a los personajes. Es un ir y venir en las fechas y las personas pues cuenta la historia de los tres relevantes. Si bien no nos cuenta todo de punto a punto, nos cuenta lo relevante para darles un carácter y una importancia significante al texto. Aquí toda acción tiene una reacción lógica. Nada se salva de buenas a primeras y, creo, nos deja un mensaje importante sobre las decisiones que tomamos como personas.
Ya para concluir, claro, no me resta más que decir que se lo recomiendo a todos aquellos que crean que su historia de amor es inminentemente trágica. A aquellos que crean que no hay esperanza luego de los 40 años, luego del primer divorcio, luego de que los hijos se han vuelto adultos. Este libro es para todos aquellos que crean que los cuentos de hadas y los finales felices son ridículos y, sin embargo, guarden a su postromántico muy en el fondo de sí mismos.
Saludos enormes,
Las imágenes que nos plantea el autor de este libro son muy buenas. Y no siempre por su belleza, cosa que es agradable para el lector. No se trata de un cuento de hadas donde todo reluce de bello. Márquez sabe encontrar debajo de toda la suciedad un encanto realista que no demerita las mismas imágenes en ningún momento. Puede describir el sexo sudoroso con una desconocida lo mismo que el andar casi musical de el amor de nuestra vida. Esta manera de contraponer dos escenas sin perder la magia o ese trato de verosimilitud es uno de los mayores aportes del libro. Para muestra su comienzo con el doctor, su manera de aparecer y sobre todo, el aparente protagonismo que le da a ese perico que habla francés. Este tipo de detalles parecen cómicos pero, a ratos, hace que el lector se sienta dentro del libro. Claro que, esto es sólo la punta del iceberg.
Le parecía tan bella, tan seductora, tan distinta
de la gente común, que no entendía por qué nadie se
trastornaba como él con las castañuelas de sus tacones en los
adoquines de la calle, ni se le desordenaba el corazón
con los suspiros de sus volantes, ni se volvía loco
de amor todo el mundo con los vientos de su trenza, el vuelo
de sus manos, el oro de su risa.
Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera.
Diana, Ciudad de México, 1985, 27a ri., 2001, p.114.
Luego vienen, de la mano de todos esos paisajes, los personajes, mismos que saltan de las páginas a cada tanto. Tenemos un doctor a quien todos creen buena persona pero que, como el resto del mundo, cuenta con un pasado lleno de secretos, errores y problemas. Luego está un hombre romántico que esperó medianamente casi toda su vida a una mujer que lo cambió por órdenes de su padre y conveniencia. Este, sobre todo, es un personaje clave pues vemos sus errores de primera mano, estamos presentes en muchos de ello (varios que tocan la moral regular humana, cosa normal dentro de la literatura de García Márquez. En este punto varios de ustedes ya saben a qué me refiero si han leído Memoria de mis putas tristes). Y para rematar en este triángulo amoroso básico, tenemos a la mujer por la que esos dos hombres pelean -uno como esposo y el otro como enamorado de la infancia-. Una mujer que es fuerte, que enfrenta las cosas como se debe porque así la educaron. Creo que muchas mujeres mayores se van a sentir proyectadas en Fermina o encontrarán a algún pariente en ella. Personalmente, encontré a más de una mujer conocida en este personaje.
...un hombre sabe cuando comienza a envejecer
porque empieza a parecerse a su padre.
Ibid, p.186.
Todo esto se conjuga en una trama bien planteada. Creo que García Márquez se tomó su tiempo para trazar cada espacio, cada "capítulo" dentro de este libro. Eso tampoco es novedad, claro. Dentro de sus escritos nada es fortuito. Pero bueno, decía que se toma su tiempo. Eso se nota en la forma en que comienza el libro. No se puede decir que comienza por el final pero sí que lo hace por un evento que lo cambia todo. Luego retrocede al inicio -infancia- de los personajes y remata con el final. Es una especie de juego temporal que se extiende a los personajes. Es un ir y venir en las fechas y las personas pues cuenta la historia de los tres relevantes. Si bien no nos cuenta todo de punto a punto, nos cuenta lo relevante para darles un carácter y una importancia significante al texto. Aquí toda acción tiene una reacción lógica. Nada se salva de buenas a primeras y, creo, nos deja un mensaje importante sobre las decisiones que tomamos como personas.
El problema del matrimoinio es que se acaba
todas las noches después de hacer el amor,
y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes
del desayuno.
Ibid, p.228.
Ya para concluir, claro, no me resta más que decir que se lo recomiendo a todos aquellos que crean que su historia de amor es inminentemente trágica. A aquellos que crean que no hay esperanza luego de los 40 años, luego del primer divorcio, luego de que los hijos se han vuelto adultos. Este libro es para todos aquellos que crean que los cuentos de hadas y los finales felices son ridículos y, sin embargo, guarden a su postromántico muy en el fondo de sí mismos.
Saludos enormes,
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