Puente en la selva

Autor (es): Bruno Traven
ISMB: Extrañamente no tiene.
Género: Fantasía (?)
Editorial: Compañía General de Ediciones
Número de páginas: 275 páginas.
Saga: No la necesita.
Sinopsis: La noche es profundamente oscura. Tenemos que ir adivinando el camino que conduce al puente. La linterna del maestro maquinista nos indica vagamente el camino. Después de algunos tanteos, más con los pies que con las manos, damos finalmente con los pesados tablones. "Cristo" vociferé. "Si no se anda uno con cuidado por aquí, de un resbalón va a dar al agua..."


¡Mis queridos seres míticos! ¿Qué tal les va en la vida? ¿Todo bien? Acá abajo va todo medianamente normal. Como ya les había dicho antes quizá me vean con más fecuencia ya que la escuela mortal está llegando a su fin y es mucho más sencillo sentarme con calma a hacer reseñas. Pero no se apuren, aunque sea desvelándome siempre me tendrán cerca para traerles todos los libros que yo mismo vaya descubriendo en el camino. Entonces, vamos a ello.


Lo primero que analizaré sobre este libro épico es su trama. Me gustó mucho porque el autor centra muy bien los tiempos y las sensaciones. Mientras nuestro protagonista -que narra todo en primera persona- nos va diciendo cómo es el lugar al que llega, todo nos parece tan monótono como a él. Traven maneja perfectamente la atmósfera con respecto a las sensaciones o emciones del protagonista. Eso me gustó mucho porque te lleva de la mano y te introduce en el texto. No eres una persona leyendo un libro, eres un ser humano de carne y hueso dentro de la selva, con ese entorno que nos plantea Traven. Además que, gracias a esa monotonía, es que uno jamás se imagina lo que vendrá después. Todo el tiempo sabemos de qué va la trama, cómo se desarrolla y su probable final; pero también en todo momento estamos esperando a saber cómo se llega a ese desenlace que parece inminente. Ese es un aspecto complicado de lograr. Que la gente sepa la manera en que termina casi desde el inicio y no por eso se aparte del libro. Si bien el final nos llega en palabras cortas desde muy al principio de la lectura, la manera en que Traven llega a ese punto es lo que cuenta y nos mantiene todo el tiempo pegados a las páginas sin apartar la mirada.


Posiblemente invocaba a los únicos dioses que tienen 
cabida en su corazón, porque cuando él y todos los de su raza 
oran en la iglesia de otro dios, éste vive sólo en sus labios, 
jamás en su corazón.


Bruno Traven, Puente en la selva (trad. Esperanza López Mateos). 
Compañía General de Ediciones, Ciudad de México, 1951, p. 128.

Respecto a los personajes no se puede decir demasiado. No cuentan con un trasfondo real en el que podamos justificar sus comportamientos pero tampoco por eso dejan de ser interesantes. Creo que aquí es más bien su cultura, lo que aportan al entorno. Hay una escena particular que me ha gustado mucho en el río y con una vela. No diré más y dejaré que descubran por ustedes mismos la magia y maravilla que se esconde tras ese momento desde la visión de un extranjero a tierras llenas de mistisimo. Hablando del tema, este hecho, que sea un extranjero el que relate las cosas, es lo que le da al libro su punto de partida. Es por él, por nuestro protagonisca que desconoce muchas situaciones locales pese al tiempo que pudo haber pasado en la selva, que nosotros somos también partícipes del entorno y su cultura. Es este salto, esta contrapocición mental, lo que hace a los personajes valiosos sin que importe su pasado o sus tragedias de la infancia. Así mismo, hace que no nos preocupe en demasía lo que pasará con ellos cuando el relato termine. 


Porque en todas las religiones se esconde alguna razón, 
y la única sin razón de ellas es el proselitismo.


Ibid. p.127.

Para casi terminar, diré que las imágenes que expresa el autor. Uno puede sentir cada una de esas cosas, desde el clima, los olores, las personas, los paisajes. Esto es sin duda el acierto más grande de Traven con respecto a este libro. No se trata demasiado de la estructura en que está compuesto su texto, como sería el caso de Macario, sino que el contenido, las palabras, las proyecciones que nos dejan, son la verdadera joya a descubrir en estas páginas. Incluso, por momentos, la historia queda en un precario segundo plano del que pocos se preocupan. 


Contemplando su calma y serenidad filosófica, 
pensé en lo hermoso que debe ser llegar a los cien años, 
no como asilado de una casa para ancianos, sino como jefe venerado y respetado 
de una familia o una tribu.


Ibid. p.128.

Por lo demás, no tengo demasiado qué decir. Es un libro que recomiendo principalmente a grandes porque dudo que los chicos puedan notas esos sutiles detalles dentro del texto, esas citas emblemáticas que llenan a los adultos de un ser revolucionario, de un ser de precariedad que intenta levantarse de la ruina. Al resto, les recomiendo que lean mucho antes de llegar a Traven, antes de llegar a Puente en la selva, particularmente.

Saludos enormes,