Riverdale

Mis queridos inmortales, ¿cómo les va este día? Espero que bien, en serio. No he sabido de ustedes en un día. ¿Qué está pasando con esos comentarios? Como sea, el día de hoy vengo a ustedes con otra petición respecto a las series que me pidieron varias personas. Cuatro, para ser preciso. Néstor, Omar, SweetNightmare34 y Max que amablemente me acribillaron a punta de e-mails, inbox y otras cosas de manera constante. Además, a mi partner de rol, claro, Jenn Robin Evans que, amablemente, me obligó a ver esta serie para una trama. Creo que, luego de ver el título, está un poco de más que les diga de qué se trata pero, para no dejarlos con la duda, hoy haré la reseña de una serie que saltó directamente de los comics entrañables del siglo pasado: Riverdale.

Comenzaré con los aspectos que me gustaron. En primer sitio se encuentra la fotografía. Creo que la persona que dirige todo esto se tomó su tiempo para hacer cada escena. Eso se nota a la primera. Más allá de transmitir emociones (el punto original dentro de una película para la fotografía), también se nos da la oportunidad de ver algo hermoso. Las locaciones son bellísimas, bien escogidas y vistosas a tal grado que llenan la retina. Esto es un acierto muy grande para la serie. Además, también está la iluminación. Quizá no lo hayan notado muchos pero me parece que tiene cierto filtro –quizá no filtro en forma pero sí forma de filmar- que crea una especie de colorido frío en cada imagen. Esto da el efecto de una sensación particular, de una época ajena a nosotros y sin embargo también unida a lo mismo. 

Otro de los aciertos que ya venía comentando desde ayer, a mi ver, es el uso de la tecnología y el vestuario. Me ha gustado de verdad que combinen el vestuario antiguo, muy a lo original del comic de Archie, junto con la tecnología actual. Son detalles pequeños, lo sé, pero ayudan y entretienen al espectador. Esto se nota más, desde luego, con las chicas. Los vestidos que ellas usan suelen ser de los 70´s o quizá 80´s pero no por eso se ven mal para nada. Y claro, todo el mundo tiene su smartphone y obviamente Jughead su laptop. Mezclan un poco de cada sitio, de cada tiempo, intentando no dejar fuera nada (claro que no siempre se logra el efecto. Pero ya hablaré al respecto en unos párrafos más).

Por último, me ha agradado el asunto de Jughead. Para comenzar, creo que el actor ha sabido llevar bien el papel. Sabe interpretar a este chico sarcástico, a veces pasándose de listo, que se supone aparecía en el comic. Como todo, claro, está un poco cambiado. No podía ser exactamente igual al que había sido. Sin embargo, y adelanto, ha sido el único personaje que puedo decir que me ha agradado de toda la serie. El resto quizá se parezcan un poco a la idea de cada cual en el físico o personalidad, pero tienen algo que no termina de llenarme. Sobre todo el personaje principal, Archie Andrews, que parece todo menos un adolescente divertido como lo era el chico del comic. Con esto, aclaro, tampoco quiero decir que todo deba ser exactamente igual que a lo postulado en el comic original (existe una versión actual que no he visto), pero creo que se desvían demasiado con tal de que la serie siga adelante. 

Pasaré directamente a la trama porque siento que me estoy extendiendo mucho con esta reseña. Pues bien, como es de esperarse, este es mi problema. Y no porque no sea como el comic, repito que era un hecho que no iba a ser igual, sino porque la idea general de la serie, si se ve como una cosa externa al comic, me da más risa que interés. Se trata de una serie totalmente adolescente a lo Sherlock Holmes hormonado. Resulta que estos cuatro chicos –principalmente porque luego se les unen otros- están mejor enterados que el propio sheriff de lo que puede o no ocurrir en su pequeño pueblo. Ellos son los que encuentran cadáveres. Son ellos los que saben las cosas antes que todos, son los que consiguen las mejores pistas y los que siempre están en la mira de los asesinos. Lo sé, es la idea con el fin de que, al final del día, sean ellos quienes salven la situación; pero a veces parece demasiado forzado. Generan situaciones que no tienen ni pies ni cabeza con tal de que sean ellos –y sólo ellos y sus amigos- los protagonistas. Todo son emociones exageradas. Drama potencializado. Tristeza potencializada. Siempre a su alrededor. Y jamás queda algo inconcluso. Todo se cierra. Si hay un secreto, ellos lo saben. Si alguien se pierde, ellos lo saben. No importa si realmente tiene lógica, lo único relevante es que sean ellos quienes salven el día. 

Ya para terminar diré que recomiendo esta serie a todos los que me han enviado mensaje para preguntar por ella y a los adolescentes que quieran una historia llena de cambios emocionales y miel. No es mala, o no como 13 reasons why, pero tampoco es una serie que repetiría una y otra y otra vez. Pude, gracias a los dioses, terminar hasta la segunda temporada y ver unos cuantos capítulos de la tercera pero lo más seguro es que no vuelva a verla y, a la par, que tampoco la siga. Veamos qué pasa al respecto porque todavía tengo un montón de series (con mejor contenido) que me han pedido que vea y comente. 

Como siempre, espero que mi reseña les haya gustado. A los que me han pedido mi opinión, aquí la tienen. Espero que les sirva de algo. Sin embargo, recuerden siempre que son ustedes los que tienen la última palabra y que no se pueden dejar guiar por lo que yo diga o piense. Si les gusta, sean felices y véanla hasta el final. Así que los veo en los comentarios.

Saludos enormes,



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